Pagar deudas, mejorar la vivienda, comprar electrodomésticos o completar la entrada de un vehículo podrían estar dentro de los planes de quienes esperan que el Congreso apruebe la devolución de sus fondos de reserva. Y los más beneficiados con ese ingreso adicional serán la clase media y baja.

“Si entregan los fondos yo estaré en primera fila. Con eso pago lo que debo y me igualo en las necesidades de la casa”, dice Luz Vásquez, asistente de una oficina pública, quien desconoce cuánto recibiría por su ahorro.

Según el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), alrededor del 90% de los afiliados tiene acumulados menos de 1.000 dólares. Por sí sola, esa cantidad no tiene una fuerte incidencia en la economía del país, pero cuál será el impacto si la devolución incluye a un millón de afiliados.

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El IESS, el Banco Central y el Ministerio de Economía coinciden en que esa decisión desfinancia al Estado y al sistema mixto de pensiones, y que entre sus consecuencias están una mayor inflación y la reducción del ahorro interno.

Pero existe un sector de analistas que tiene un criterio diferente.

“El afiliado y su familia destinarán el dinero al consumo”, sostiene el informe del IESS.

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Alfredo Arízaga, ex ministro de Economía, considera que “la gente no es irracional. No es que si tiene dos televisores va a comprar un tercero, sucede que quiere que le devuelvan su dinero por la desconfianza en el Seguro Social, porque siente que todo el mundo (el gobierno, especialmente) quiere echarles mano a esos recursos”.

El dinero, dice, podría ir al consumo, pero “hay un error en pensar que eso está mal. La gente tiene derecho a comprar lo que haya decidido”.

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Gustavo Arteta, investigador de Cordes, coincide con Arízaga y explica que el ingreso de alrededor de $ 700 millones al mercado no necesariamente ocasionaría un aumento de precios. “Es exagerada la percepción de que el aumento del dinero causaría inflación, porque ese dinero, que si bien está en el BCE, está contado dentro de la economía (fue generado y ahorrado)”.

Mauricio Orbe, director de Pulso Ecuador, advierte que los fondos de reserva beneficiarán a los sectores de clase media y baja. “Para ellos es como recibir, de una, dos o tres sueldos”.

Si bien la devolución resulta un alivio para ese grupo de afiliados, para el gobierno resulta un problema: entregar el dinero al consumo, le resta espacio para financiar sus gastos con el dinero de los afiliados.

NECESIDADES

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CRÉDITOS
La presión social para la devolución total y periódica de los fondos de reserva se inscribe en una creciente demanda por nuevos ingresos. En la banca, por ejemplo, el número de personas que, en marzo de este año, accedieron a un crédito de hasta mil dólares representó el 77,4% del total de créditos de consumo.

CRITERIO
Gustavo Arteta, investigador de Cordes (Corporación de Estudios para el Desarrollo), sostiene que aunque el impacto de corto plazo en la economía no será mayor, la devolución tiene efectos negativos en el futuro. “El costo –descapitalización del fondo de pensiones– supera los beneficios”.