Las personas que residimos desde hace muchos años (20 en mi caso) y los habitantes de la zona de Manglaralto que conocemos las necesidades socioeconómicas de nuestros pueblos, sabemos que la construcción de la vía Manglaralto-Pedro Carbo no sería una solución, sino todo lo contrario.

La obra no traería progreso ni conservación, pero sí destrucción del hábitat, invasiones, delincuencia y retraso a esta zona que se caracteriza por su tranquilidad y belleza, atractivos principales para el turismo que deja las ganancias económicas a estos pueblos y sus artesanos.

Los habitantes e instituciones que trabajamos en esta área hemos analizado los pros y contras de dicha vía y sabemos que sería perjudicial para el desarrollo humano y turístico de la península de Santa Elena. Los interesados en esa construcción seguramente están buscando hacer negocios en tráficos de tierras, ser madereros, u obtener turbios afanes politiqueros.

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Isabel Pérez Cereceda
Manglaralto

Una carretera que atraviese la cordillera Congón-Colonche y su bosque protector, sin un estudio de impacto ambiental, sería un grave error que cometerían las autoridades de la provincia, ya que no existen motivos suficientes para invertir en una nueva obra mientras las condiciones de las vías que ya existen, se deterioran sin que haya presupuesto para repararlas.

La urgencia por hacer esta carretera parecería ser meramente turística, es decir “para llegar más rápido a la playa”, lo cual no justificaría la construcción de una obra que causaría daños irreversibles en el bosque por la fragmentación del habitat y la destrucción del ecosistema; ya que nunca se ha sabido que una carretera contribuya a reducir la deforestación y caza ilegal en una zona.

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Pido a las autoridades que no tomen decisión sin antes contar con asesoramiento técnico ambiental de instituciones como por ejemplo Fundación Natura, para no acelerar la destrucción de uno de los bosques más importantes de la provincia.

G. Maceo Galindo Pérez
Manglaralto