“La huelga de hambre no tiene límite, y luego iremos a medidas más fuertes, como cosernos la boca", destacó José Rivas, uno de los internos que resguardaban la cocina, enseñando a la prensa las grandes ollas vacías donde se prepara el alimento para más de 1.000 internos del ex penal García Moreno, de Quito.

Esta mañana cientos de reos en todo el país iniciaron una huelga de hambre para presionar al Congreso Nacional a que reactive un beneficio de reducción de condenas, informó un dirigente de los reclusos.

En las cárceles de las principales ciudades del país, los reos impiden desde el lunes el ingreso de los guardiacárceles a los pabellones, en una denominada toma pacífica de las cárceles.

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Washington Grueso, que se identificó como dirigente nacional de los reclusos, dijo que están demandando la aplicación del Código de Ejecución de Penas (2x1), que reduce a la mitad el tiempo de condena, el cual fue eliminado en el 2001 por el Parlamento.

En tanto, decenas de detenidos yacían recostados en los patios de esa cárcel, portando pancartas y exigiendo el beneficio de reducción de las penas.

“Estamos decididos a aguantar hasta que las autoridades nos atiendan”, afirmó Carlos Masacela, otro de los manifestantes.

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Reas mantienen medida

Las internas de la cárcel de mujeres de Quito y del Litoral también plegaron esta mañana a una huelga de hambre hasta conseguir que la Legislatura rebaje las penas acorde a los delitos cometidos.

“De las 420 internas de la cárcel de mujeres de Quito que plegaron a una huelga de hambre, solo 100 reas probaran alimentos, entre ellas ancianas, hijos de las internas y mujeres ambarazadas”, indicó Nancy Quiroz, cocinera de la penitenciaria, a TC Televisión.

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Las internas también demandan la falta de condiciones básicas para subsistir en el encierro.

“Que haya fuentes de trabajo para darles a nuestros hijos lo que ellos necesitan”, pidió Doris Muñoz, presidenta de las internas de la cárcel de mujeres de Quito.

Por otro lado, en la cárcel de mujeres del Litoral, radicalizaron las medidas de protestas. Varias internas se desangraron y reclamaron por la aplicación del articulo 24, numeral 8 de la Constitución. La urgente reforma a las normas carcelarias y la derogatoria de la detención en firme.

“Esta es nuestra forma de protestar y que sepan que también nosotras sentimos. Somos seres humanos. Si fallamos, le hemos fallado a la sociedad, queremos rehabilitarnos”, manifestó Pastora Guevara, vocera del comité de internas.

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La Policía se limitaba a impedir el ingreso de visitas, para evitar una eventual toma de rehenes, como sucedió en una protesta similar a fines del 2004.