En esta ciudad existen 42 ciudadanos peruanos con residencia, dijo Marcela Casaró, presidenta de la Colonia de Residentes en Cuenca, mientras unos 3.000 permanecen en condición de irregulares. Pero este número varía cada mes, manifestó.

Los ciudadanos peruanos que han legalizado su permanencia cuentan con cartas de trabajo emitidas por empresarios cuencanos, según Casaró.

La representante de los residentes peruanos en Cuenca agregó que la mayoría de sus compatriotas tiene visa de amparo, que se entrega a quienes contrajeron matrimonio con ecuatorianos o porque sus hijos nacieron en este territorio.

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También señaló que  hay visas para comerciantes de paso o con negocios propios, temporales y permanentes.

Casaró considera que lo más complicado para obtener la regularización es el costo de la visa que sobrepasa los 3.000 dólares, considerando que quienes deciden emigrar son personas sin capital económico.

Explotados
Reconoció que desde el 2000 la mano de obra del Perú comenzó a ser contratada en la región austral, pero por  falta de documentación legal, los peruanos son explotados.

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Aclaró que pese a que se han determinado testimonios de abuso y explotación ninguna denuncia se la  tramite legalmente, porque las víctimas tienen temor por su situación de irregularidad.

Los maltratos en muchos casos son conocidos por la Defensoría del Pueblo de las provincias de Azuay y Cañar o en las oficinas de Movilidad Humana de la Pastoral Social en las dos provincias.

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Comentó que sus compatriotas viven en hacinamiento en casas convertidas en conventillos, no solo en el centro histórico de la ciudad, sino también en zonas rurales de la región.