La Comisión Ballenera Internacional (CBI) inauguró ayer en Ulsan, en el sureste surcoreano, su 57ª asamblea plenaria anual, con un polémico nuevo plan de Japón para la caza de cetáceos.

El Ministerio japonés de Agricultura, Pesca y Bosques presentó un programa de investigación científica para los próximos seis años para que Japón doble su cuota anual de captura de ballenas minke (Acutorostrata de balaenoptera) de los 400 ejemplares actuales hasta 850.

El plan también incluiría la ampliación de la caza a la ballena jorobada o yubarta (Megaptera novaeangliae) y la rocual común o fin (Balaenoptera physalus).

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Sin embargo, este programa, así como la caza con fines científicos que promulgan las autoridades japonesas, cuenta con la firme oposición de numerosos países entre los que figuran Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y EE.UU.

Según los defensores de los cetáceos, los programas de investigación no son más que una excusa de Tokio para continuar con sus capturas.

En una carta al primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, el jefe del Gobierno australiano, John Howard, señala que más de un millón y medio de turistas llegan cada año a las costas australianas a mirar pasar a los cetáceos en su ruta de migración del Antártico hacia el Norte.