Treinta y siete de  los 85 años de vida que tiene, Samuel Enrique Pesántez Calle ha  trabajado en la Casa de la Cultura, Núcleo  del Guayas, donde aún labora somo ascensorista, en las tardes. Señala que llegó a la institución con el doctor Jorge Pérez Concha.

Pesántez trabajaba con el diplomático e historiador  ecuatoriano desde cuando era pequeño:    desde los  12 años. Dice que en esa época, Pérez Concha, quien falleció en 1995, tenía una agencia publicitaria. Y Pesántez le  abría y le cerraba la oficina.

De la etapa  de infancia es también la afición de Pesántez por el dibujo y la caricatura, oficios de los que se considera autodidacta. Los aprendió a realizar, realizándolos.  “A los 8 años ya dibujaba cualquier cosa. Yo domino el lápiz como me da la gana”, comenta el octogenario hombre, que ha efectuado  dos exposiciones de sus obras,  una de ellas en la institución en la que trabaja. En la muestra estaban las caricaturas de personajes del país  y el mundo: desde el ex presidente León Febres-Cordero hasta el fallecido papa Juan Pablo II.

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Cuenta que ha realizado las caricaturas de todos los presidentes de la Casa de la Cultura que han sido sus jefes. Es un obsequio que les entrega, según dice, para que sepan que él también es artista.

En sus mañanas libres (ingresa a trabajar a las 15h00), se dedica a dibujar. Ahora tiene listas las caricaturas del alcalde Jaime Nebot y de su esposa, y un dibujo del cambio que ha vivido la ciudad,  “gracias al alcalde”, refiere,  y quiere obsequiárselos, según dice, antes “de que me muera”.

Con sus 85 años, padre de ocho hijos, con nietos y bisnietos, Pesántez dibuja ahora con más celeridad y entusiasmo que nunca. Comenta  que no quiere perder el tiempo