Hace poquísimos días un medio de comunicación informaba del brote, casi epidémico, de diversas enfermedades en varios cantones de la Costa. Desde hepatitis, hasta varicela. En entrevista al funcionario de Salud, la falta de presupuesto de unos cuantos cientos de miles de dólares era la excusa. Nos hemos acostumbrado a vivir con brotes de virus o enfermedades nuevas periódicamente. Tanto, que ya consideramos normal que se ponga de moda un virus distinto cada cierto tiempo. Recuerdo similar respuesta ante análogos problemas en el área de educación, a inicios del año escolar en la Costa, cuando las imágenes mostraban vetustos cuartuchos, a modo de escuela, que se caían en pedazos.

Paradójico. El estado despilfarra recursos en instituciones que no prestan servicios esenciales y mezquina los presupuestos de las instituciones que sí lo hacen. El Conam es uno de los ejemplos clásicos. No ha logrado modernizar, privatizar o concesionar nada, objetivo para el cual fue creado, habiendo consumido en el intento una inmensa cantidad de dinero. Ya no existe justificación para el ser de esta institución. Hoy la única función que cumple es dar empleo a los burócratas, muy bien pagados, que ahí trabajan. Bueno… ¡Que constan en su nómina!

Otro caso, quizá peor es el Banco Central del Ecuador. Es además la institución que simboliza el peor de los regionalismos. Casi el 85% del total de sus empleados a nivel nacional son de Pichincha.

Tiene un presupuesto anual de ocho cifras en un Ecuador dolarizado, lo que probablemente los obligó a cambiar su misión hacia el cuidado de pajaritos, parques, cuadros y piletas. Decenas de personas ganan más de cuarenta mil dólares al año. Un puñado de afortunados gana por encima de los cien mil dólares al año. Entre menos de diez empleados se gasta anualmente más de un millón de dólares en sueldos, sin contar autos de lujo, viáticos, gastos ni otras canonjías.

La Policía no tiene recursos ni infraestructura para luchar contra la delincuencia.
En su mayoría tampoco está capacitada para enfrentar el crimen organizado.
Jamás los índices de delincuencia en la ciudad de Guayaquil han crecido de manera tan acelerada como en el último año. Sin embargo, su presupuesto es ínfimo al lado del de las Fuerzas Armadas. ¿No sería más lógica una conscripción policial que una militar?

Una de las labores fundamentales de un financiero es buscar la optimización en la asignación de los recursos. El buen financiero debe asegurarse de que los recursos escasos sean usados en las inversiones que maximicen los retornos.
Dado que para usted, señor Ministro, es tan importante la deuda social; ya que tendrá que estar de acuerdo que dentro de esta área, Educación, Salud y Seguridad son los principales servicios, ¿no cree que finalmente es hora de mejorar la calidad del gasto y eliminar los elefantes blancos como el BCE, el Conam y decenas más? Ahí, señor Ministro, encontrará usted más de cien millones de dólares que se podrían reasignar a Salud, Educación y Seguridad. Y si redistribuye recursos de seguridad externa hacia seguridad interna, encontrará por lo menos otros cien.