Una familia cubana que intentó entrar a Estados Unidos a principios de mes en un viejo taxi convertido en balsa llegó este lunes a Florida para quedarse en el país definitivamente, dijo el padre en una conferencia de prensa.

La familia Díaz fue llevada la semana pasada a la base naval estadounidense  de Guantánamo, en Cuba, y regresó este lunes a Estados Unidos, mientras las 10 personas que vinieron con ellos en el mismo taxi-balsa fueron repatriados a Cuba.

Los miembros de la familia fueron recibidos en el aeropuerto internacional de Fort Lauderdale (norte de Miami) antes del mediodía por numerosos familiares que los fueron a buscar.

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"Por fin me escapé", dijo el padre de la familia, Rafael Díaz, a medios locales, y contó que tuvo que emigrar de Cuba en el taxi-balsa porque las visas estadounidenses que sus familiares tenían para entrar vencían el próximo 26 de junio.

"Tuvimos que venir por esta vía porque el gobierno cubano no me dio nunca el permiso de salida", dijo, por su parte, Nivia Valdés, la esposa de Rafael Díaz, quien era médica en su país.

Con el matrimonio llegaron dos adolescentes, de 16 y 10 años.

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Díaz, quien encabezó el viaje en taxi-balsa hacia Florida, había intentado  hacer lo mismo en dos ocasiones anteriores, la última en 2004 a bordo de un "Buick-balsa" de 1959.

Esta vez lo logró a bordo de un taxi Mercury azul modelo 1948, por el cual pagó unos 1.000 dólares en Cuba y estuvo cuatro meses modificándolo, dijo.

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Otro cubano, Luis Grass, intentó hacer lo mismo en 2003 a bordo de un camión-balsa antiguo pero fue interceptado y enviado a Guantánamo, y  eventualmente pudo entrar nuevamente a Estados Unidos, donde ahora radica.