El cargamento con 420 sacos de aletas de tiburón que se decomisó el pasado viernes en el Puerto Marítimo de Guayaquil será incinerado. Así lo aseguraron representantes de las unidades  Antinarcóticos del Puerto y de protección del Medio Ambiente.

“El producto debe ser incinerado. Así lo determina la ley. Nosotros no estamos acostumbrados a consumirlo”, dijo Christian Salazar, jefe de la unidad de protección del Medio Ambiente.

La fecha de la quema de la  carga aún se desconoce pues este será puesto desde hoy, mediante un oficio,  a órdenes de la Subsecretaría de Pesca. “Estaremos pendientes a que se lo incinere para evitar cualquier contratiempo”, agregó Salazar.

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La identidad de los responsables de la carga que iba a ser transportada en un buque  contenedor a China, se mantiene en reserva.“Se trata de una persona natural, pero debemos indagar qué o quiénes se hayan detrás de esto, antes de revelar cualquier nombre”, indicó Samuel Rodríguez, oficial de control de la unidad  Antinarcóticos.  

El jefe de la unidad de protección del Medio Ambiente recordó que, según el artículo 437 G del Código Penal, quien incurra en este tipo de delito podrá ir  de uno a tres años  a prisión.   

Para el biólogo marino y consultor ambiental, Luis Marcos Cedeño, la mayor responsabilidad del asesinato de centenares de tiburones recae en el comprador y en la falta de un organismo que vele por el ecosistema. “Pese a que está en veda, aquí se pesca el tiburón para exportarlo porque es en Asia donde se lo consume.
La Cancillería debería controlar más ese tipo de cosas”, sostuvo.

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Añadió que en la provincia no existe la Unidad de delitos contra el Medio Ambiente, pese a que algunos ecologistas ya lo han solicitado al  ministro fiscal del Guayas, Walter Tomsich. “Él  debería dar trámite a esa solicitud. En Quito sí existe este organismo por lo que ahí se hace un  mayor control de la fauna”, refirió.