A ver, niñitos, como nosotros estamos en contra del consumismo que es el que se ha inventado el Día del Padre para hacer negocio, les vamos a regalar a nuestros papacitos algo mucho más tierno, más inmaterial. Cójanse de las manitos porque vamos a prepararles una ronda a nuestros papacitos.

¿Ya? ¡Qué buenos son los papases! ¡Y cómo son de abnegados!
Si trabajan, son tenaces y si no ¡son diputados! ¡Paren, paren, niñitos!, no voy a permitir que metan la política en esta ronda. ¡Cuidadito! Este es un día muy especial en el que tenemos que dejar de lado todos los defectos de los padres y cantar solo sus virtudes. A ver, comiencen de nuevo. ¿Ya?

Los papaces nos dan ropa y nos pagan la comida, nos dan arroz, nos dan sopa
y nos alegran la vida.

Nos enseñan a bordar, a planchar y a cocinar, ¡qué modernos los papases
que se quieren igualar a lo quiacen las mamases!

Pero los pobres no achuntan a hacer las cosas con tino, y todo los desbarruntan
con singular desatino.

Mejor está que se estesen trabajando en su trabajo y que bien tarde regresen
a estar en casa, ¡carajo!

¡Ninitos, basta! ¡Cómo van a decir eso de sus papacitos en su día clásico! En vez de contentarles, ellos se van a poner a llorar. No, niñitos. Tienen que ser muy tiernos con sus papacitos en este día. A ver, ahora sí cántenles una linda canción.

Los papaces, al dormir, nos cuentan lindos cuentitos en que nos hacen reír
con distintos asuntitos.Son bien chéveres los cuentos, de mucha imaginación,
sus sólidos argumentos, ¡nos dan una gran lección!

Dicen que había una vez un país lindo y chiquito donde todo era al revés:
lo mucho era bien poquito, lo de encima estaba abajo, el frío era calorcito
y el descanso era trabajo. Todos eran muy felices, alegres, dulces, sagaces,
hasta que, ¡ay!, qué infelices se asomaron los papases.

Los papases de la patria, que todo lo trastornaron y le sacaron la matria
al espacio que heredaron. La corrupción se instauró, se armó tan sucio festín
que en basural terminó aquello que era un jardín.

¡Basta, basta, niñitos! ¿Qué les pasa? ¿Están locos? ¿Cómo creen que van a festejar a sus padres con esa ronda en el Día del Padre? ¡Alábenlos, para que no se resientan!

Son muy mucho los papases, evanescentes, fugaces tan fugaces que se fugan
hasta con otras mamases.

¡Ay, niñitos! Mejor no hagan ninguna ronda y compren a sus papacitos una camisa, que es lo que se usa. Aprovechen, que ahora todas están en rebaja. Y váyanse, que no les quiero ni ver.