Llamados a ser, hoy, testigos creíbles del Cristo vivo y presente

1.- El mensaje de la Palabra de Dios
“No temáis”, es una palabra de consuelo para superar el miedo ante la persecución, que no debe impedir la proclamación abierta del mensaje que Jesús les encargó.

La certeza de ser hijos queridos de Dios, es el fundamento de la misión y lo que les mueve a superar todas las dificultades para dar testimonio de Cristo en la persecución.

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2.- ¿Qué compromiso nos pide el Señor?
Presentarnos públicamente como cristianos comprometidos con la justicia.
Los auténticos discípulos de Cristo no son los cristianos de novena y romería, sino los que se solidarizan con el pobre, con los derechos humanos y con la justicia social.

Los cristianos de “rezos y aleluyas” no molestan a nadie, pero los que tratan de llevar a la vida el mensaje de Jesús, exigiendo un mundo más justo y más solidario, son tildados de subversivos. (Puebla 42, 1138).

Somos solidarios con el Cristo-monumento cuando nos piden para comprar una imagen; pero, a veces, somos insolidarios con el Cristo-hermano-sufriente.

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Y nuestra insolidaridad es mayor cuando se trata de asuntos de justicia: integrar una comisión para presentar una denuncia, acompañar a alguien en una demanda judicial para defender sus derechos, nos parece peligroso y lo ladeamos.

Los cristianos que trabajan por la fraternidad y la justicia, están llevando a la vida real y a la historia, la palabra de Jesús.

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Este es el camino de los mártires: monseñor Romero, uno de los más significativos, monseñor Gerardi, y todos los que han muerto por colocarse al lado de los pobres, proclamando y exigiendo justicia.

3.- ¿Cuál es mi respuesta hoy?
Integrarme en algún grupo parroquial de evangelización o de ayuda social, para hacer presente el proyecto de Jesús.

Ver cómo puedo integrarme en un grupo que defienda los derechos humanos y promueva la justicia.

¿Cómo puedo llevar el Evangelio a la vida, siendo testigo de Cristo en mi vida  laboral, profesional, o política?

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EVANGELIO

Lectura del Santo Evangelio, según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche; repítanlo en pleno día, y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.

No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar del castigo el alma y el cuerpo. ¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre.

En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo. A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”.

Palabra del Señor.
Asamblea: Gloria a ti, Señor Jesús.