El retraso en la aprobación del marco presupuestario de la Unión Europea  para el periodo 2007-2013 contribuye a ahondar la crisis de la organización y amenaza el inicio de parte de los programas comunitarios, entre ellos los de ayudas regionales, lo que perjudicará a España y a los nuevos países miembros.

En el caso de España, el retraso puede abrir la puerta a que Galicia y Castilla-La Mancha dejen de ser objetivo prioritario de desarrollo, con la consecuente pérdida de ayudas regionales.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que rechazó los gastos presupuestarios porque los llamados Fondos de Cohesión, recursos que entrega la UE para fomentar el desarrollo social y económico de países o regiones, eran insuficientes para su país.

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A España se le ofreció para el sexenio 2007-2013 una ayuda inferior a los 5.000 millones de euros frente a los casi 50.000 que recibe del 2000 al 2006.

Rodríguez Zapatero quería mantener esas ayudas hasta el 2013 para reducirlas luego en forma gradual, pero su papel en la cumbre fue calificada por la prensa española como “fracaso”.