Cada dos días se presenta un nuevo caso de cáncer en niños en Solca. Al año llegan 150, el 45% por leucemia.

Cada año se registran 150 nuevos casos de cáncer infantil en el hospital de la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca). El 45% de estos pequeños pacientes sufre de leucemia.

La quimioterapia por vía intravenosa es uno de los tratamientos que se aplica a los niños para salvar sus vidas.

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Esta se suministra durante dos y tres años y los resultados son alentadores: el 71% de pacientes se recupera.

Michael no pudo estudiar este año. Tuvo que cambiar la escuela por la sala de quimioterapia ambulatoria del hospital de Solca (Sociedad de Lucha Contra el Cáncer) en Guayaquil, acostumbrarse a la caída de su cabellera negra y a pasar horas en la sala de juegos mientras espera la consulta.

Tiene 8 años y debía cursar el quinto de básica, pero el efecto de las quimioterapias, dice su madre, Ana García, es muy fuerte y lo dejan agotado. Por eso es preferible que termine de recuperarse. 

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Hace dos meses recibió la noticia: el dolor en la pierna y la palidez que presentaba su hijo era producto de una leucemia, el tipo de cáncer más frecuente en los niños. Representa el 45% de los casos de cáncer infatil que se tratan en Solca, indica el pediatra oncólogo Luis Espín.

“No se sabe por qué se produce, pero tiene un fondo genético... Es como la lotería. Le tocó y le tocó porque el gen se activa”, señala.

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La leucemia, explica su colega Juan Ramírez, ocurre por trastornos cromosómicos que alteran las células madres de la médula, aquellas que forman los glóbulos rojos, los blancos y las plaquetas.

Ese trastorno hace que las células inmaduras, que no tienen la capacidad para ejercer sus funciones normales de defensas, oxigenación o coagulación,  se acumulen en la médula y luego en la sangre. Ahí empiezan los primeros síntomas, expresa Ramírez: fiebre de diez a quince días, pérdida de peso, ganglios inflamados, moretones, dolor en articulaciones, anemia e infecciones.

En Wilson, niño de 4 años, se evidenció por una infección urinaria y  la constante fiebre. “No me imaginé nunca la leucemia hasta que me dieron los exámenes. Cuando vengo pienso que va a quedar ingresado. No lo puedo aceptar”, dice su madre Soledad.

El menor estuvo internado 35 días y ya ha tenido dos quimioterapias ambulatorias.
Como él, cerca de 200 pequeños reciben terapia contra el cáncer a la sangre y acuden a consulta externa cada mes.

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Pero los pacientes nuevos no dejan de acudir. En el 2004 se reportaron 63 casos de leucemia y de enero a abril de este año, 27. A Solca llega cada dos días un niño con cáncer.

En los niños, las leucemias más frecuentes son las linfoblásticas agudas (se presentan en el 85% de casos), la mieloide aguda (2%) y la mieloide crónica (3%). La primera, manifiesta Espín, es la de mejor pronóstico porque la mieloide aguda es más agresiva y la crónica requiere de trasplante.

En Solca los menores reciben quimioterapia por vía intravenosa. Es una especie de suero compuesto de drogas que matan las células malignas, pero también las benignas de la médula. Por eso se dan la caída del cabello, náuseas, vómitos, baja de defensas o de glóbulos rojos.

Joselyn,  de 6 años, viene cada mes  desde Calceta para  la quimioterapia. Lleva  un año cuatro meses en tratamiento y, aunque a su madre, Josefa Zambrano, le ha tocado vender enseres para costear pasajes y recetas, las mejorías son notorias: le ha vuelto a crecer el pelo, puede ir a la escuela y ya no se hincha.

El tratamiento dura entre dos y tres años, y se desarrolla en cuatro fases. Y los resultados son alentadores: el 71% de pacientes se recupera. “Después de la terapia hay un espacio de tres a cinco años sin tratamiento para ver si la enfermedad regresa. De no darse, se considera sano”, dice Espín.

490 CASOS
de leucemia se presentaron en Guayaquil entre  1990 y el 2000: 247 en hombres y 243 en mujeres. La enfermedad se concentra mayormente en niños de 0 a 14 años, con 310 casos, según el Registro Nacional de Tumores de Solca. 

129 NIÑOS
se vieron afectados con algún tipo de cáncer y recibieron tratamiento en el hospital de Solca el año pasado: 53 eran de entre 0 y 4 años; 37 de 5 a 9 años; y 39 de 10 a 14 años.