El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, aseguró ayer que hay “buen ánimo” en Nicaragua para superar la actual crisis institucional que sufre.
La oposición se negó a reconsiderar reformas constitucionales que limitan el poder presidencial.
Insulza preside una misión de alto nivel de la OEA para evaluar y proponer soluciones al conflicto que enfrenta el gobierno de Enrique Bolaños con sus opositores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda) y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha), que controlan por amplia mayoría el Congreso.
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La pugna gira alrededor de una reforma constitucional en vigor, que los opositores promovieron para restar competencias al Ejecutivo, por órdenes de sus líderes, los ex presidentes Daniel Ortega (1979-90) y Arnoldo Alemán (1997-02), respectivamente, este último preso en su domicilio por corrupción.
El presidente Bolaños reiteró a la misión que su gobierno no reconocerá las reformas, porque existe una sentencia de la Corte Centroamericana que las declara inaplicables porque alteran el principio de independencia entre los poderes del Estado.
Insulza admitió que las posiciones encontradas impiden cumplir “con todas las expectativas” de su misión”, pero seguía esperanzado en poder superar la crisis.
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Observó que la OEA hará sus recomendaciones, pero que “corresponde a los nicaragüenses (decidir) la forma en que se producirá este diálogo”.