La exigencia de que se adelanten elecciones presidenciales y legisladores crece en Bolivia, en medio de versiones de que un número importante de congresistas se opone a la posibilidad de renunciar a sus bancas.
La presión para que junto con los comicios presidenciales se realice también la elección de los congresistas, dentro de seis meses, se hace cada vez más intensa, incluso con amenazas de nuevos bloqueos de carreteras y manifestaciones por parte de organizaciones sociales y políticas.
El presidente Eduardo Rodríguez insiste en que las elecciones sean generales e invocó a los líderes del Congreso a concordar una agenda que las canalice en un plazo de 180 días.
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Rodríguez, al cumplir una semana en el cargo, recibió del Congreso los símbolos presidenciales: banda, medalla y bastón de mando.
El pedido de elecciones tropieza con la falta de una norma constitucional que autorice la convocatoria anticipada de comicios de congresistas.
Si el anuncio se formula antes del 6 de agosto, los nuevos gobernantes deben completar el actual periodo constitucional, iniciado en agosto del 2002 por el depuesto Gonzalo Sánchez de Lozada.
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Si la convocatoria se hace después del 6 de agosto, se debe llamar a elecciones presidenciales para una nueva gestión de cinco años.
Rodríguez se comprometió ayer a garantizar la paz, democracia y unidad de Bolivia, durante la imposición formal de los símbolos patrios.
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Autonomías
Además, a una semana de asumir el mando de la nación en lugar del dimitente presidente Carlos Mesa, Rodríguez viaja a Santa Cruz para reunirse “en esa ciudad con líderes de organizaciones” civiles y empresariales que impulsan el referendo autonomista, informó el ministro de la Presidencia, Iván Avilés.