Los líderes de la Unión Europea decidieron ayer salvar su Constitución, al prolongar su proceso de ratificación y  descartar toda renegociación sobre el texto, en una crucial cumbre en Bruselas  marcada por un clima de tensión, disputas e incertidumbre.

“El Tratado constitucional da la respuesta correcta a numerosos  interrogantes que los europeos se plantean y todos estimamos que el proceso de  ratificación debe continuar”, sostuvo el presidente en ejercicio de la UE, el  primer ministro luxemburgués Jean Claude Juncker, en rueda de prensa al término  de la primera jornada de debates de los 25 líderes europeos en Bruselas.

En ese marco, Juncker anunció la prolongación del proceso de ratificación,  inicialmente previsto hasta noviembre del 2006, y la apertura de un “periodo de  reflexión, debate y explicación”, para asimilar el rechazo a la Constitución en  Francia y Holanda, que desató la actual crisis.

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Apenas terminada la reunión en Bruselas, Dinamarca anunció la postergación  de su referéndum, previsto para el 27 de septiembre, marcando un camino que  podrían seguir la República Checa y Luxemburgo, el próximo en la lista el 10 de  julio.

El Tratado ya fue ratificado por 10 países, nueve de ellos  por vía parlamentaria y uno por referéndum (España).