Las fuerzas camboyanas pusieron fin a seis horas de secuestro en un colegio internacional con un violento tiroteo desatado después de que los captores, al parecer, cumplieran su amenaza de matar a un niño cada vez que sus demandas no fueran atendidas.

La rehén asesinada era una niña canadiense de tres años, la única que perdió la vida en este drama que tuvo por rehenes a unos 40 niños de preescolar de varias nacionalidades, informó un portavoz gubernamental.

Khieu Kanhatith dijo a EFE telefónicamente que las fuerzas camboyanas recibieron órdenes de ir a por los secuestradores cuando se escucharon disparos en el interior el colegio y se consideró que los asaltantes habían empezado a matar a los rehenes.

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Los secuestradores, enmascarados, que habían retenido a 40 alumnos de corta edad y a un profesor en un colegio internacional en la ciudad turística de Siem Reap, fueron interceptados por la policía cuando trataban de salir del edificio con el profesor y unos 10 estudiantes, señaló la policía.

"Oímos disparos y nuestras fuerzas entraron. Habían dicho que matarían a un rehén cada vez que no les diéramos lo que pedían, así que no tuvimos elección", dijo a EFE Khieu Kanharith.
"Había rumores de que había seis secuestradores, pero sólo hemos capturado a cuatro hombres vivos", agregó.

Dijo que los detalles todavía no estaban claros, pero señaló que la niña fallecida tenía entre tres y cuatro años.

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Uno de los secuestradores resultó herido grave y los otros muy contusionados cuando al salir del edificio fueron atacados y golpeados a patadas furiosamente por la gente que se encontraba congregada junto al colegio, señalaron testigos.

Todos los demás rehenes fueron liberados sin sufrir daños, según los policías presentes en el lugar.

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Los secuestradores están siendo interrogados por la policía para tratar de averiguar quiénes son y por qué decidieron atacar el colegio internacional más conocido en la localidad turística de Siem Reap hacia las 09h30.

Los secuestradores, que se sabe que son camboyanos, iban enmascarados y armados, aunque pidieron más armas -fusiles de asalto y lanzagranadas-, un vehículo para huir y una pequeña cantidad de dinero, así como vía libre hacia la cercana frontera con Tailandia.

Según la policía, las autoridades tenían preparada una cantidad de dinero y una furgoneta para los secuestradores antes de que se precipitaran los acontecimientos.

El portavoz gubernamental opinó antes que quizás los motivos del secuestro eran políticos, con el fin de acabar con el turismo en esta zona, donde se encuentran los famosos templos de Angkor Wat, la joya de la industria turística de Camboya.

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Precisamente la presencia de este centro turístico ha llevado a la existencia de una gran comunidad de expatriados en Siem Reap, europeos, asiáticos y americanos relacionados con la industria turística, miembros de organizaciones no gubernamentales, entre otros.

Aparte del motivo apuntado de tratar de desbaratar la industria del turismo, a lo largo del día se han hecho otras especulaciones acerca de los motivos de los atacantes para secuestrar a los menores.

Entre otros se ha apuntado que fueran drogadictos desesperados por obtener dinero en efectivo, y también que fueran fuerzas antigubernamentales que intentan destruir la reputación de Camboya y su recuperada estabilidad política después de años de guerra civil.