Jefes de Estado y otros representantes de los 132 países en desarrollo, que forman el Grupo de los 77 y China, exigieron ayer a las naciones ricas que cumplan de una vez con la promesa que hicieron hace 30 años de entregar el 0,7% de su Producto Interior Bruto (PIB) a la ayuda al desarrollo.

Esa exigencia fue expresada durante la II Cumbre del Sur, que se celebra en Doha y que ha quedado devaluada por la ausencia de la mayoría de los líderes del Tercer Mundo.

Tampoco acudirá el primer ministro británico, Tony Blair, quien en su calidad de presidente del G8 (las siete naciones más industrializadas del mundo más Rusia) había sido invitado a la Cumbre.

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Precisamente la ausencia de representantes del G8 fue denunciada por el presidente del G77 y China, el primer ministro de Jamaica, P. J. Patterson, quien se preguntó: ¿cuál es la razón por la que no podemos reunirnos juntos para un diálogo común?

También estuvo ausente en la Cumbre el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, un habitual del Foro Económico Mundial de Davos, quien envió a su número dos, Louise Frechette.

Pero a pesar de las ausencias de los grandes líderes, las quejas siguen siendo las mismas; y, entre todas, durante la sesión de mañana destacó una: el incumplimiento de los países ricos de entregar el 0,7% a la Ayuda Oficial al Desarrollo.

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Así, el líder cubano, Fidel Castro, recordó en un mensaje leído por Carlos Lage, vicepresidente del Consejo de Estado, que más de 30 años después “de la proclamada y prometida” meta del 0,7%, la ayuda no pasa del 0,2% y la de Estados Unidos es del 0,1%.