Me dirigía el sábado 28 de mayo a Urdesa y me encontré con un embotellamiento vehicular a la altura del monumento a Eloy Alfaro, el motivo era una maratón o algo así, cuyos participantes venían de la avenida de las Américas para tomar la ciudadela Kennedy, mientras el tránsito de la calle Julián Coronel a la Kennedy estaba detenido por un patrullero y miembros de la CTG en dicha intersección.

Lo curioso fue que la columna de marchantes era larga pero angosta, y pese a que algunos conductores pedían a los uniformados que los hagan marchar en el carril derecho para no entorpecer el paso vehicular esto no se dio. Hubo que esperar que terminaran para que abran nuevamente la vía al tránsito que estaba represado con el imaginable y molesto concierto ensordecedor de pitos de los carros.

Participé a principios de año en una maratón organizada por una entidad cardiológica a lo largo de la avenida Francisco de Orellana, pero en esa ocasión los organizadores y miembros de la CTG que estaban presentes, se preocuparon de que marcháramos por el carril derecho a fin de no taponar toda la vía y que los vehículos puedan transitar; que es la forma lógica como debió haberse procedido en el otro caso.

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Federico Campos Cedeño
Guayaquil