11 muertos produjo el sismo y miles de personas huyeron a los cerros de la zona ubicada en el norte de Chile.
Atemorizados aún por decenas de réplicas de uno de los más poderosos terremotos, los habitantes del norte de Chile intentaban ayer dejar atrás los momentos de pánico y destrucción que cobraron la vida de unas once personas.
El sismo, que dejó 200 heridos y mil personas aisladas, también se sintió con menor intensidad en Perú y Bolivia.
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Once muertos, unos 200 heridos y cientos de damnificados que perdieron sus viviendas dejó el terremoto que la noche del lunes pasado asoló una amplia zona poco poblada del norte chileno cerca de la frontera con Perú y Bolivia.
El sismo alcanzó los 7,9 grados en la escala de Richter, su epicentro se registró a una gran profundidad (111 km) y en una región poco poblada de la Cordillera de los Andes, indicó el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile.
El hallazgo de un bebé muerto en la localidad de Sibaya se sumó a los diez fallecidos tras el terremoto.
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A la región fueron despachadas toneladas de ayuda, informó la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi).
El presidente chileno, Ricardo Lagos, canceló una gira que había iniciado por Europa y regresaba ayer de urgencia.
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Seis personas murieron en la vía entre la costera Iquique (1.460 km al norte de Santiago) y la localidad de Alto Hospicio, después que el auto en que viajaban se desbarrancó y fueran aplastados tras el deslizamiento de terreno. Además, una pareja de ancianos murió en Pozo Almonte, mientras que en Sibaya, al este de Iquique, fallecieron un lisiado de 80 años, una mujer de 90 años y el bebé de 9 meses.
Algunos tramos de las rutas que unen las costeras Iquique y Arica con localidades del interior están cortados por los derrumbes, lo que dificulta las labores de rescate de los damnificados y el traslado de ayuda para instalar los albergues.
El movimiento telúrico interrumpió el suministro eléctrico y de agua potable. Cientos de habitantes salieron a las calles en pánico ante la posibilidad de derrumbes y temiendo un eventual tsunami.
En Arica e Iquique las clases fueron suspendidas ante el temor de nuevos sismos o para evitar tragedias por derrumbes de las construcciones.
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El sismo se sintió en Perú, Bolivia y Brasil con menor intensidad y sin dejar daños.
Pese al impacto, este no es el “gran terremoto” que los científicos aguardan en esa región y el sur del Perú, señaló el sismólogo Juan Callupi.
Aunque expertos sostienen que no es posible determinar el día y la hora del próximo sismo, en 1998 adelantaron que se produciría en 15 años y fundamentaron su advertencia en razones geológicas y matemáticas.
Afirmaron que la placa oceánica de Nazca avanza bajo la placa continental sudamericana, lo que cada cierto tiempo causa choques que liberan energía y desencadenan los sismos en casi todo Chile.
Sismólogos estiman que el choque de las placas desatará, además, un tsunami o maremoto, con olas gigantescas que avanzarán sobre las ciudades chilenas de Iquique y Arica, (1.460 y 1.650 km al norte de Santiago, respectivamente) y la región peruana entre Arequipa por el norte y Tacna por el sur. Al momento las autoridades las descartan.