Sus habitantes no recuerdan con exactitud el año de fundación de la ciudadela, pero coinciden en que fue a fines de la década del cincuenta.

Miriam de Díaz  recuerda que los primeros dueños de los terrenos fueron familiares de los militares de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (de ahí nace el nombre).

Como el lugar no era urbanizado y no contaba con los servicios básicos, “hubo algunos que cambiaron sus terrenos por bicicletas a la gente que pasaba por aquí.
Luego retornaron a la Sierra”, comenta Díaz.