Un locutorio, atracado cinco veces, dos tiendas y cuatro cibers, en la Av. Carlos Luis Plaza Dañín, son los más afectados. Moradores piden más resguardo policial.

El alto índice de robos y asaltos a locales comerciales en la ciudadela Atarazana, en el norte de Guayaquil, produjo que sus moradores tomen sus propias medidas de seguridad.

Por ejemplo, Nery García, propietario de un locutorio ubicado en el bloque 4 de esta ciudadela, en la avenida Carlos Luis Plaza Dañín, usa un chaleco antibalas, mientras atiende a sus clientes, ya que su negocio ha sido asaltado cinco veces en un año. Él asegura que no está dispuesto a morir si en algún nuevo atraco intenta defenderse. El locutorio de García es uno de los más de siete locales que han sido robados entre abril y junio de este año, según perjudicados. Entre ellos están además otros cuatro cibers, dos tiendas, la mayoría ubicada en las avenidas Carlos Luis Plaza Dañín y Nicasio Safadi.

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Nery García tiene una buena razón para usar un chaleco antibalas, mientras atiende su locutorio ubicado en el bloque 4 de la ciudadela Atarazana, en la avenida Carlos Luis Plaza Dañín, al norte de Guayaquil.

Su negocio ha sido asaltado cinco veces en el lapso de un año y, aunque en ninguna de esas ocasiones él ha estado presente, no está dispuesto a morir si en algún nuevo atraco intenta defenderse.

A pedido de su esposa, Teodora Burgos, Nery dejó su trabajo en Ventanas (Los Ríos) para venir a atender su establecimiento personalmente, luego del cuarto atraco, el 28 de diciembre del 2004.

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Burgos recuerda que en esa ocasión los asaltantes hicieron un disparo, cuya huella todavía se puede observar en las paredes de una de las cabinas. “Por suerte no hubo heridos”, comentó la mujer.

Nery tomó las precauciones del caso, pero cuando se produjo el último robo, a las 17h00 del pasado 20 de mayo, había salido a buscar a su hija.

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“Yo estaba sola y en ese instante entró un hombre para hacer una llamada. Miró el lugar, salió y enseguida regresó con otro tipo armado de una pistola”, explicó Burgos.

Agregó que bajo amenazas de muerte los delincuentes la encerraron en una cabina y esperaron diez minutos, lapso durante el cual ingresaron por lo menos cinco clientes.

“En ese momento comenzaron a robarnos a todos, dinero, joyas y teléfonos celulares y luego se fueron en un auto plomo que afuera los esperaba”, señaló la mujer.

El locutorio de García es uno de los más de siete locales que han sido robados entre abril y junio de este año, según  perjudicados. Entre ellos están además otros 4 cibers, 2 tiendas, la mayoría ubicados en las avenidas Carlos Luis Plaza Dañín y Nicasio Safadi.

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Teodora y sus vecinos piden mayor resguardo policial en el sector, ya que los ingresos que obtienen no les permite invertir en sofisticados sistemas de seguridad.

“Yo no tenía en mi local un guardia privado, pero ahora me cuesta 400 dólares mensuales y el negocio no me da para pagar”, sostuvo la esposa del perjudicado.

COMERCIANTES SUFREN PÉRDIDAS

Cierre de locales en la Atarazana
José Luis Wong perdió la inversión que hizo en su ciber que funcionó por más de un año en la Atarazana, manzana L-1, villa 9, y que se vio obligado a cerrar, luego del robo de 7 mil dólares, pues se llevaron ocho computadoras (los CPU) y 200 dólares.