Las fuerzas de seguridad desactivaron el artefacto que permanecía en uno de los lanzagranadas con los que este jueves atentó la organización terrorista ETA contra el aeropuerto de la ciudad española de Zaragoza sin causar daños personales, informaron fuentes oficiales.
 
Según declaró a la prensa el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, la Policía Nacional y la Guardia Civil localizaron dos lanzaderas, y no tres como se informó en un primer momento, en unos campos próximos al aeropuerto, en el que ya se ha restablecido la normalidad.
 
Una de las lanzaderas no tenía carga y la otra una granada en su interior y se constató "que no existía un tercer mortero", como se sospechó en un principio.
 
El lanzagranadas que aún tenía el artefacto fue desactivado y se le retiró la espoleta, aunque se sigue trabajando para evitar cualquier explosión accidental, añadió Fernández.
 
Precisó que fueron dos las granadas que intentaron lanzar los terroristas contra las instalaciones del aeropuerto, pero sólo una llegó a estallar, sin que haya ocurrido "absolutamente nada".
 
Poco después de las 12h00 hora local (10h00 GMT), explicó, se escuchó volar la granada y a continuación la explosión en una zona aún no determinada, una hora después de que ETA anunciara al diario vasco "Gara" -utilizado habitualmente por la banda para sus comunicaciones- y una organización de ayuda en carretera que se iba a producir el atentado.
 
Tras confirmarse que la amenaza era fiable, se ordenó la inmediata evacuación el aeropuerto.
 
El delegado del Gobierno añadió que ha sido "un susto serio", pero "nadie ha tenido riesgo" porque se ha podido desalojar a tiempo el aeropuerto, que está junto a una base militar del Ejército español del Aire, a unos diez kilómetros de la ciudad de Zaragoza.
 
Indicó que en ningún momento el aeropuerto dejó de estar operativo, pues el control del mismo se transfirió a la base aérea militar anexa, donde aterrizó un avión de Rynair procedente de Londres.
 
La Guardia Civil rastreó las instalaciones aeroportuarias para comprobar dónde había caído la granada, "que por el sonido de la explosión" debió de ser "bastante lejos" e, incluso, podría haber sido tanto fuera de la terminal como de las pistas del recinto aeroportuario, dijo Fernández.
 
Además, se registró el aeropuerto por si pudiera haber una trampa y, en este sentido, reveló que las fuerzas de seguridad procedieron a abrir un vehículo estacionado en el aparcamiento que levantó sospechas.
 
Asimismo, indicó que la Guardia Civil y la Policía Nacional han establecido los controles habituales ante este tipo de acciones, aunque reconoció que no "va a ser factible" que se pueda dar con los autores, pues estos artefactos se programan "con mucho tiempo".