Creemos pertinente hacer puntualizaciones en relación a las opiniones del señor José Antonio Gómez en su columna titulada ‘¿Veeduría cultural?’, publicada el jueves 2 de junio del 2005. Al hacerlo, debemos enfatizar que confiamos tanto en la caballerosidad de su persona, que descartamos lo que algunos pudieran interpretar como una relación comprometida de respaldo, ya que el Archivo Histórico del Guayas, dirigido por el señor Gómez –cuyo correcto desempeño no se pone en duda– se financia, con toda justicia, de los mismos presupuestos del Banco Central que administra la señora García en calidad de directora Regional de Cultura.

Si pensamos sin embargo, que Gómez Iturralde ha asumido, sin beneficio de inventario, las declaraciones públicas de Mariela García para desprestigiar nuestra iniciativa que no busca, sino llenar el vacío crítico en temas culturales del cual ha adolecido nuestro país, en aras de entablar diálogos, evaluar gestiones, demandar correctivos de fondo y hacer propuestas a todas las instituciones públicas. Nuestras observaciones, por lo tanto, no deberían ser tomadas a título personal, sino en su condición de funcionarios públicos.

En dicha columna se reitera y amplifica la cortina de humo levantada por García para evadir la contestación a un cuestionario concreto de preguntas, cuya intención final es transparentar el uso de fondos públicos y evaluar el desempeño de dicha funcionaria. Pensamos que por su experiencia, Gómez Iturralde debería ser más cauto y evitar insinuaciones de “manejos oscuros” e “ineficiencias”. De hecho, como investigador y columnista, debió haberse remitido a todas las fuentes (documentales y testimoniales) y no repetir, sin sentido crítico, una sola versión. Su limpia y valorada trayectoria ha sido ejemplo de ponderación más mesurada, lo que ahora le pedimos.

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El Archivo Histórico del Guayas puede ser, precisamente, una de las instancias más apropiadas para desgranar los temas culturales nacionales de fondo que nos atañen a todos, sin embargo –dada su relación de dependencia con el Banco Central– problematizamos su objetividad.

Si bien la atención inicial ha sido puesta en la Dirección Cultural Regional, pues demanda la atención más urgente en nuestra larga agenda por los millones de dólares que por ahí pasan, no les quepa ninguna duda de que seguirán otras instituciones.

Antonio Aguirre
Oswaldo Almeida
Rodolfo Kronfle
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Guayaquil