El mejor de siete partidos se convierte en ganador del torneo NBA.

Los actuales campeones de liga de baloncesto, los  Pistons de Detroit y los Spurs de San Antonio, inician hoy una serie de siete partidos para definir al mejor de esos encuentros de la final del torneo de la NBA.

Los Spurs ganaron la semana pasada 4-1 a los Suns de Phoenix el título en la Conferencia Oeste, mientras que los Pistons de Detroit derrotaron el pasado martes  4–3  a los Heat de Miami, en las finales de la Conferencia Este.

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Lo que muchos ya habían previsto en marzo como la final anticipada ahora es una realidad y los dos equipos que mejor expresan en el campo los fundamentos del baloncesto, una gran defensa, control del balón, juego de conjunto y selección de tiros a canasta, deberán encontrar la manera de hallar el factor sorpresa.

Los Spurs ya están mentalizados por su entrenador, Gregg Popovich, que la historia ante los Suns no tendrá nada que ver cuando se enfrenten a los Pistons y su peor error sería pensar que pueden hacer las mismas cosas.

El primer gran dilema para los Spurs está en definir a qué elemento del juego prefieren darle prioridad, si a la defensa –fueron el mejor equipo de la liga en ese apartado con un promedio de solo 83,3 puntos permitidos a los equipos rivales– o al ataque arrollador que tuvieron ante los Suns.

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Los Spurs fueron los primeros sorprendidos por la gran efectividad que tuvieron con su ataque ante los Suns, el equipo con el mejor promedio de la liga, pero que en el apartado defensivo mostró todas las deficiencias.

Los Pistons no tienen a ninguna estrella, pero su entrenador Larry Brown, que es el maestro de Popovich, sabe perfectamente cómo hacer que en cada partido alguno de los jugadores surja para ser decisivo, aunque el escolta Richard Hamilton se ha convertido en toda una garantía.

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Brown espera que hoy cuando disputen el primer partido ambos equipos puedan comenzar a descubrir sobre el campo quién de los dos va a tener más potencial para alcanzar el título.