El Congreso boliviano aprobó este jueves en la noche la designación de Eduardo Rodríguez como nuevo presidente de la república, tras aceptar la renuncia por unanimidad de Carlos Mesa, en una jornada violenta en la que un manifestante fue muerto a tiros.
 
Rodríguez fue hasta ahora el presidente de la Corte Suprema de Justicia, y en tal condición era el tercero en la línea de sucesión constitucional ante la dimisión de Mesa.
 
Para dar paso a la asunción de Rodríguez, el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, y el de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, declinaron la posibilidad de asumir la jefatura de estado, pese a que eran el primero y el segundo en la línea de sucesión constitucional.
 
Yo Hormando Vaca Díez, presidente del Senado nacional, por la unidad d nuestro país, porque se acaben las confrontaciones, porque Bolivia recupere su normalidad y porque la experiencia vivida por nuestro país jamás sea repetida, renuncio a la sucesión tal y cual lo manda el artículo 93 de la constitución política de estado, dijo el presidente del Congreso.
 
Inmediatamente después, Cossío también declino aceptar la presidencia.
 
Rodríguez se ha comprometido a convocar a elecciones generales en un máximo de 150 días, algo que reclaman los sectores que mantienen protestas en todo el país.
 
Protestas violentas obligaron el jueves al Congreso a suspender una sesión de emergencia que debía elegir al presidente en la tarde, en tanto el jefe de las fuerzas armadas amenazaba con una intervención militar si aumentaban los desmanes.
 
El titular del Congreso dijo que no aceptaría la presidencia y el presidente de la cámara de Diputados, Mario Cossío, convocó inmediatamente a los legisladores a reunirse en el intento de desactivar la crisis política.
 
La violencia, que lleva una semana, registró su primera muerte, al producirse choques entre la policía y manifestantes en la ciudad sureña de Sucre.
 
Los fuertes enfrentamientos de mineros y campesinos con la policía en las cercanías de la plaza de armas de Sucre, donde pretendía instalarse el legislativo al no poder hacerlo en La Paz, la capital política, se sucedieron a la muerte de un minero.
 
Vaca Díez pidió añadió que el diputado Evo Morales, líder de las protestas que mantienen el violo al país desde el 16 de mayo, y Mesa desmovilicen a la gente que supuestamente tienen bloqueando todo el país.
 
Cientos de mineros lanzaron cartuchos de dinamita a la policía, que respondió con gases lacrimógenos, y los manifestantes quemaron toda clase de materiales en las adyacencias de la plaza de armas de Sucre, donde se encuentra la Casa de la Libertad, que debía ser la sede provisional del Congreso.
 
La senadora María Luisa Flores dijo que el directorio del Congreso había decidido levantar la sesión de la tarde por falta de garantías, ante el peligro de que los manifestantes sobrepasaran el resguardo policial y atacaran a los congresistas.
 
El dirigente minero Carlos Corro había muerto minutos antes en un episodio aún no aclarado. Según otros líderes de su sector, recibió una bala disparada por la policía cuando viajaba en un autobús hacia Sucre con otros cientos de trabajadores del subsuelo.
 
Corro sería la primera víctima fatal de los conflictos, iniciados el 16 de mayo con los reclamos de nacionalización de los hidrocarburos y la convocatoria a una asamblea constituyente para redactar una nueva carta magna que dé mas poder a los indígenas.
 
Pero el ministro de Gobierno, Saúl Lara, indicó que la muerte del minero está bajo investigación, al precisar que la policía no tenía orden de disparar.
 
Afirmó que el deceso se registró a pocos kilómetros de Sucre, cuando cientos de mineros que intentaban llegar a esta ciudad para impedir la posible asunción a la presidencia de Vaca Díez, primero en la línea de sucesión constitucional, lanzaron dinamita contra un puesto policial en las afueras de la ciudad.
 
Lara indicó que en esa circunstancia un contingente militar desplegado en apoyo de la policía realizó disparos de prevención al aire para dispersar a los supuestos atacantes.
 
Dirigentes mineros denunciaron que también fueron heridos de bala cuatro de sus colegas, pero Lara señaló que sólo se contaba con informes de dos lesionados.
 
El ministro reclamó al Congreso que sesione de inmediato ante la gran tensión que vive el país a la espera de la definición sobre el sucesor de Mesa.
 
En tanto, el Cardenal primado de Bolivia, Julio Terrazas pidió en una homilía, en la noche del jueves, la pacificación del país y que se levante el sitio a La Paz que mantienen vecinos de El Alto.
 
Que un poco de sensibilidad permita que no agonice otro pueblo, ni siquiera en los combates internacionales se impide el paso de alimentos. No se puede asfixiar un pueblo, dijo.   Que nadie diga que aquí sólo se implanta la paz de los cementerios, agregó.
 
Radio Erbol informó que, tras refugiarse en un cuartel militar después de los enfrentamientos en la plaza de Sucre, Vaca Díez se disponía a abandonar el lugar para abordar un helicóptero que lo condujera lejos de Sucre.
 
Horas antes, en el momento en que partía de la plaza, su vehículo fue golpeado por otros legisladores, especialmente de La Paz, que le exigieron permanecer en el lugar e instalar inmediatamente la sesión. Otros le exigieron que renuncie y que se adelanten las elecciones generales.
 
El senador Oswaldo Justiniano señaló que   no hay posibilidad de salir de Sucre por un paro indefinido iniciado el jueves en la mayoría de los aeropuertos del país, incluido el de La Paz, en demanda de que Vaca Díez no asuma la presidencia.
 
Este es un golpe al congreso, una trampa, un corralito, dijo Justiniano, quien deslizó que el responsable en parte de la falta de seguridad de los parlamentarios sería el gobierno, al que acuso de instruir a la policía que dejara pasar a los mineros para poner en riesgo la seguridad de los legisladores.
 
Vaca Díez había convocado al Congreso en Sucre, 640 kilómetros al sureste de La Paz, por la   falta de garantías en La Paz cercada desde el 16 de mayo por campesinos, mineros y vecinos de la cercana ciudad de El Alto que exigían inicialmente la nacionalización de los hidrocarburos y ahora reclaman la renuncia de Vaca Díez a sus supuestas aspiraciones presidenciales.
 
La senadora Flores defendió a Vaca Díez al señalar: Estamos amenazados por mil mineros, y por lo tanto no podemos sesionar.
 
Acusó también al gobierno y al dirigente y diputado cocalero Evo Morales de atentar contra su seguridad.
 
Morales, principal promotor de las manifestaciones que mantienen cercada La Paz desde hace más de tres semanas y han dejado a esta ciudad sin combustibles ni alimentos, encabeza la petición de que Vaca Díez renuncie para que asuma el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez.
 
El dirigente cocalero es también el jefe del Movimiento al Socialismo (MAS), el segundo en el Congreso.
 
Según la constitución, Rodríguez está obligado a convocar a elecciones presidenciales a la brevedad, posiblemente en cinco meses. A diferencia de él, tanto Vaca Díez, como Cossío, podrían concluir el periodo presidencial, que expira en agosto de 2007.
 
Las manifestaciones que promueve Morales ocasionaron que el lunes, el presidente Mesa presentara su dimisión.
 
El martes, exhortó a Vaca Díez en un dramático mensaje televisado a que renuncie a sus aspiraciones presidenciales y permita la convocatoria en breve a elecciones anticipadas presidenciales y de legisladores para impedir una guerra civil.
 
Al mediodía del jueves, las Fuerzas Armadas solicitaron al Congreso que interprete el sentir de todo el pueblo cuando vaya a decidir la sucesión presidencial. Advirtieron que no permitirán acciones de insurrección contra la legalidad.
 
Pedimos que el Congreso exprese el sentir de todo el pueblo. Nosotros vamos a respetar la decisión que tome, pero, al mismo tiempo, hacemos un llamado para que interpreten la situación del país con serenidad, dijo el comandante de las fuerzas armadas, almirante Luis Aranda, en una rueda de prensa rodeado de su estado mayor en La Paz.
 
Vestido con traje de campaña, Aranda señaló que las fuerzas armadas están en   estado de alerta máxima y anunció que no aceptarán   ninguna decisión fuera de ley.
 
Las Fuerzas Armadas siguen con atención lo que acontece y actuarán para preservar la integridad del país, la democracia y el imperio de la ley, acotó.
 
En tanto, Los alcaldes y concejales de La Paz, Cochabamba y Sucre mantienen una huelga de hambre contra el posible acceso de Vaca Díez a la jefatura de estado.
 
Los trabajadores del aeropuerto de El Alto también anunciaron que se plegaban al paro indefinido y, por tanto, suspendieron el arribo y partida de aviones desde esa terminal. Indicaron que igual medida se tomó en el resto de los aeropuertos del país.
 
Vamos a convocar a una resistencia organizada para impedir un gobierno de Vaca Díez y para hacer respetar la voluntad del país. El pertenece a la mafia política, advirtió Morales antes de viajar desde La Paz a Sucre, el jueves.
 
A su llegada a Sucre, Vaca Díez había declarado: Yo espero que todo salga bien y que vuelva la paz a Bolivia.