El gobierno iraquí reconoció ayer que la lucha  contra la violencia en el país será larga, luego de que al menos 33  personas murieran, 14 de ellas en tres atentados suicidas coordinados al norte  del país.

El ejército de EE.UU. anunció que dos marines  fallecieron después de un ataque cerca de Faluja, lo que elevó a 1.676 el número de militares norteamericanos  muertos desde la invasión a Iraq.