Estados Unidos espera que Corea del Norte esté dispuesta a negociar de manera seria y concreta el abandono de su programa de desarrollo de armas nucleares, manifestó este miércoles el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.
 
"Cuando regresen a las conversaciones queremos que las autoridades norcoreanas estén dispuestas a conversar de manera seria y concreta sobre la forma en que tenemos que avanzar respecto de nuestra propuesta", manifestó McClellan.
 
Tras una conversación con diplomáticos estadounidenses, los representantes de Corea del Norte anunciaron el pasado lunes que están dispuestos a volver a las negociaciones "a seis bandas".
 
En esas conversaciones, suspendidas el año pasado, participan Estados Unidos, Japón, Rusia y China, además de las dos Coreas.
 
McClellan indicó que hasta ahora los norcoreanos no han señalado la fecha para la reanudación de las reuniones, pero señaló que su esperanza de que "sea pronto".
 
El representante chino ante la ONU manifestó el martes que se convocaría a las conversaciones en las próximas semanas y que probablemente la sede del encuentro sea Pekín.
 
Sin embargo, el Gobierno de Pyongyang lanzó un manto de incertidumbre sobre la inminencia de las conversaciones al reiterar en un comunicado que no retornará al diálogo hasta que Washington abandone su hostilidad.
 
A esa incertidumbre contribuyó el propio Gobierno estadounidense cuando ayer, martes, a través de la Casa Blanca, señaló que Corea del Norte no había indicado que estuviera dispuesta a retornar a las negociaciones.
 
Posteriormente, el Departamento de Estado informó de que Corea del Norte había indicado que sí volvería a las negociaciones.
 
El portavoz de la Casa Blanca habló con los periodistas al tiempo que el presidente George W. Bush reiteraba que EE.UU. no proyecta, al menos en un futuro cercano, pedir que Naciones Unidas aplique sanciones a Corea del Norte, aunque agregó que su Gobierno mantiene esa opción.
 
En una entrevista para la cadena de televisión Fox News, Bush señaló que Corea del Norte "debe comprender que EE.UU. tiene una posición al trabajar con los otros cuatro países para convencerlos de que abandonen sus sistemas de armas y sus planes así como sus equipos para desarrollar armas nucleares".
 
Bush también instó a China a ejercer mayor influencia sobre Corea del Norte aprovechando la afinidad histórica de ambos países.
 
El presidente indicó que en la relación de amistad que mantiene con el gobernante chino, Hu Jintao, está "en capacidad de solicitarle que mantenga la presión".
 
En enero de 2002, Bush afirmó que Corea del Norte, Irak e Irán formaban parte de un "eje del mal" que amenazaba la seguridad mundial.
 
Después de que Bush proclamó en enero pasado que la política exterior de EE.UU. tenía como enfoque principal la "eliminación de las tiranías y la promoción de la democracia", la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, calificó a Corea del Norte como "uno de los últimos bastiones de tiranía" en el mundo.
 
Bush se reunirá el viernes en la Casa Blanca con el presidente surcoreano, Roh Moo-hyun, para analizar el programa nuclear norcoreano.