La tuberculosis aún es un problema mundial agravado por la resistencia del bacilo a los tratamientos en diversas regiones, según un estudio difundido ayer.

Este fenómeno amenaza con desequilibrar la meta de reducción a la mitad de la enfermedad entre 1990 y 2015, fijada por la Organización Mundial de la Salud, indicó el informe  que publicó el último número de la revista de la Asociación Médica de EE.UU. (JAMA).

La estrategia para la reducción de los índices de tuberculosis para el 2015 incluye tratamientos con fármacos habituales, sistemas para garantizar el abastecimiento regular de los medicamentos, información y el compromiso político de combatir el mal.

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A pesar de la disminución de los niveles de casos en algunos países desarrollados, la tuberculosis sigue afectando cada año a unas ocho millones de personas en el mundo.

Los esfuerzos no han podido evitar que cause la muerte a dos millones de pacientes al año, particularmente en Asia y África.  El bacilo causa estragos a la salud en el mundo desde hace 3.000 años.

Barry Bloom,  inmunólogo estadounidense investigador de la tuberculosis, dijo que el trabajo científico en el campo de la TB es “muy duro”, teniendo en cuenta que no hay buenos animales para usar en los experimentos, lo cual dificulta estudiar la persistencia del mal.