La suspensión del referendo británico podría ser determinante en el rechazo a la Carta Magna europea.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw, anuncia hoy ante la Cámara de los Comunes que aplazará indefinidamente el referendo sobre la Constitución europea, que debía realizarse a mediados de 2006, dijeron voceros del gobierno.
Londres se prepara a asumir la presidencia de la Unión Europea (UE), el 1 de julio, en medio de la crisis más importante registrada por el proyecto político de integración europea.
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Fuentes de la cancillería filtraron que Straw anunciará a los diputados que el proyecto de ley que permite la vía a un referendo será “congelado”.
Sin esa legislación la consulta sobre el tratado europeo prometida por el primer ministro, Tony Blair, para el 2006, no puede celebrarse.
Según analistas del London School of Economist, Blair ha dado un suspiro de alivio tras los referendos que arrojaron un “No” en los dos países, fundadores de la UE, pues el primer ministro tenía pocas probabilidades de ganar, debido al alto número de euroescépticos británicos.
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La iniciativa de Londres, de congelar el proyecto de ley que abre la vía a la consulta popular, iría en contra del llamado de la Comisión Europea presidida por el portugués José Manuel Durao Barroso, que pidió a los estados miembros no tomar una iniciativa unilateral antes de la próxima cumbre europea del 16 y 17 de junio próximos.
El gobierno laborista de Blair, a quien observadores le atribuyen la voluntad de debilitar el eje franco-alemán, mantiene cautela, insistiendo en la necesidad de un periodo de reflexión, para evitar acusaciones de que al anunciar el aplazamiento Gran Bretaña le está asestando el “golpe de muerte” a la primera Constitución Europea.