Desde el pasado 13 de mayo, en que ofreció un concierto en Argentina, el grupo chileno La Ley cumple una gira de despedida. Se denomina Hasta pronto y, además de Ecuador, recorrerá unos doce países hispanos.

La Ley debía decirle adiós a Quito ayer. Debía... porque su último concierto en la capital ecuatoriana es parte de una gira de casi despedida. El grupo chileno, integrado por Beto Cueva, Mauricio Claveria y Pedro Frugone, se separará por tres años, tiempo en que, según el desarrollo de la carrera como solista del primero de los nombrados, podría volver a los escenarios.

Los artistas lo dieron a entender así en un encuentro con la prensa nacional, que se efectuó la noche del pasado jueves, a 24 horas de su show previsto en el Ágora de la Casa de la Cultura.

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La Ley es una de las agrupaciones más sólidas dentro de la movida pop de Chile.
Su primer álbum, Doble opuesto (1990), ya definía su estilo con la interpretación del clásico de los Rolling Stones, Angie. Con eso aseguraron mercado para presentar la canción mejor elaborada de esa placa, Prisioneros de la piel.

En Latinoamérica sonaban Los Prisioneros y no había otra banda chilena que pudiera arrebatarle el ícono de identificar al país de la estrella solitaria con el grupo de Jorge González. Y de pronto, una agrupación con una apariencia más trabajada salía con una propuesta diferente.

La Ley logró marcar un camino distinto al de Los Prisioneros. Sus letras tenían un apego al lado introspeccionista, diferente al de denuncia de los intérpretes de Sexo o Muevan las industrias.

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La historia de La Ley casi se trunca cuando el guitarrista Andrés Bobe sufrió un accidente automovilístico. El grupo por poco se niega a retomar el camino de la música, hasta que decidió reemplazar a Bobe con Frugone y cambiar Chile por México como centro de operaciones.

Fruto de esa nueva experiencia, La Ley consolidó uno de sus trabajos más recordados: Invisible (1995), en el que el sencillo El duelo expresa su concepto de rock-pop y enaltece con letras que, sin ser sencillas, logran captar la atención fácilmente.

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Luego, una etapa de experimentación consolidó a La Ley con dos discos: Vértigo (1998) y Uno (2000) hasta llegar al Unplugged (2001) y la recopilación Historia e Histeria (2005), con la que dicen un probable hasta luego a todos sus fanáticos.