El apoyo financiero del Estado continuará, solo que esos recursos ya no estarán manejados por el Banco sino por instituciones especializadas.

Desde el inicio fue un contrasentido que el Departamento de Cultura del Banco Central alcanzase las dimensiones que llegó a tener. Hubiese sido más adecuado que esos dineros se canalizasen a través de organismos independientes y especializados. Pero habiendo ocurrido así, la solución no podía consistir en eliminar simplemente esos proyectos sino, como propone el Ministro, en trasladar su responsabilidad y su presupuesto a otras dependencias, nuevas o ya existentes.

En el caso de Guayaquil, la actividad del Archivo Histórico de Guayaquil y del Departamento de Cine del MAAC, para poner dos ejemplos concretos, ha sido muy fructífera, y de allí la preocupación –ahora despejada– de que pudiesen verse afectados.

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El siguiente paso será establecer en cada caso a qué institución le corresponde asumir la gestión de esos recursos, tarea que deberá hacerse de manera democrática, y mediante un diálogo abierto con los protagonistas del ámbito cultural, evitando favoritismos y actitudes unilaterales. Estaremos vigilantes de que así sea.