El controvertido grupo de patrulleros civiles que ayudó a capturar a cientos de inmigrantes ilegales en la frontera entre México y Arizona no está siendo tan bien recibido en Texas.

Chris Simcox, organizador del Proyecto Minuteman, advirtió que si el Congreso no refuerza a la Patrulla Fronteriza con elementos de la Guardia Nacional u otras fuerzas militares a mediados de año, la patrulla civil pasaría a California en agosto y a Texas en octubre.

Pero aunque los propulsores del Minuteman dijeron que casi 1.000 voluntarios de todo el país ya están listos, los grupos texanos para la defensa de los derechos humanos, el clero, las juntas editoriales de los periódicos y los políticos no están contentos con la llegada.

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Creo que para todo Texas representa un problema el que grupos de patrulleros vecinales de otras partes del país vengan a tratar de decirnos cómo operar nuestro propio negocio, dijo el senador demócrata estatal Juan   Chuy Hinojosa, autor de una resolución que exhortaba al gobernador Rick Perry a oponerse a los planes del Minuteman.

Once senadores la firmaron, y el demócrata estatal Rodney Ellis le escribió a Perry para decirle que los del Minuteman no son bienvenidos en Texas. El gobernador le respondió que él no tiene la facultad de prohibirle a la gente que participe en actividades legales.

Él entiende y aprecia la frustración que sienten muchos texanos con la inmigración ilegal y su impacto en la seguridad nacional, pero a fin de cuentas este es un asunto que compete a las autoridades federales, dijo Kathy Walt, portavoz de Perry.

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El Proyecto Minuteman atrajo la atención internacional en abril cuando grupos de voluntarios se ubicaron cerca de la frontera entre México y Arizona para demostrar que podía evitarse el acceso de indocumentados simplemente colocando más personal allí.