El hermoso paraje, en época pasada llamado “Esteros de la balsa”, hoy Palmar, es un pintoresco balneario cobijado por dos cerros en sus límites norte y sur, y en su loma sureña se encuentra el santuario de la Virgen de Fátima.

Palmar fue el balneario preferido de turistas por la tranquilidad paradisiaca de sus playas que rematan en el peñón del cerro, donde desemboca el estero revestido de mangle, último remanente de esta costa del cantón Santa Elena. Pasando el estero se encuentra la Playa Rosada, y cerca está la iglesia restaurada de Santa Catalina de Colonche, de místicas historias alrededor del Señor de las Aguas Santas.

Pese a todo eso, Palmar está en el letargo: la pesca de arrastre dañó sus fondos costeros y hoy esta fuente de trabajo está ausente de sus pobladores. Su principal carretera de acceso de apenas un kilómetro desde la vía marginal del Pacífico a la playa de Palmar, se encuentra destruida, las capas de asfalto que siempre se reparan solo duran unos meses; la mayoría de los locales de comida típica están convertidos en salones, y el malecón –construido a medias y en estado deprimente– requiere ser regenerado al igual que los baños públicos.

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El estero también debe cuidárselo para que no se lo siga contaminando. Hay que cambiar esta imagen decadente que presenta el balneario, el cual tiene gran potencial turístico en su entorno, convocando el concurso del gobierno seccional y el entusiasmo de su dirigencia comunal, para conseguir convenios nacionales e internacionales que apoyen proyectos que inviten a visitar nuevamente este sitio.

Evelio Reyes Tipán
Santa Elena