1) Que en los últimos doce años el gasto público ha crecido de 3.200 a más de ¡7.000 millones de dólares! Y solo en los últimos siete años (antes y después de la dolarización) ha crecido en más del 40%. Y así pretenden hacernos creer que el mal del país es que ha sido invadido por el liberalismo y los mercados. Aquí lo único que hay es más y más Estado.

2) Que el rubro que más crece entre los gastos del Estado es el de salarios, estamos ya cerca de los 3.000 millones de dólares anuales. Y así pretenden hacernos creer que el dinero no le alcanza al pobre Estado y tiene que sacar más y más fondos, del IESS, del petróleo, de donde sea.

3) Que Petroecuador no tiene verdaderos estados financieros auditados. Ni auditados ni transparentes ni reales. Es un mundo subterráneo del cual viven los convidados de una fiesta secreta. Y así pretenden inyectarle los fondos de la Seguridad Social.

4) Que los partícipes de esa misma fiesta han logrado evitar que los oleoductos y poliductos tengan sistemas de control automáticos de flujos. Nadie sabe exactamente ni cuánto entra ni cuánto sale. Solo algunos saben lo que a ellos les toca. Y así seguimos exaltando el vibrante nacionalismo que defiende a la empresa estatal. ¿Por qué no permitimos que cada ecuatoriano decida qué hacer con su pedazo de petróleo?; el que quiere seguir con Petroecuador que siga, el que quiere ser manejado por otras empresas que lo haga.

5) Que el Estado recibe de los ciudadanos alrededor de 7.000 millones de dólares anuales, entre impuestos (grandes o pequeños), aportes a la Seguridad Social y agregando naturalmente el petróleo que es un “regalo” obligatorio que los ciudadanos hacemos diariamente al ogro. Y así nos han convencido de que nuestros aportes al Fisco son escasos, que el Ecuador es un país de poca carga tributaria.

6) Que el Ecuador es probablemente el único país del mundo donde los maestros son dueños de las partidas presupuestarias: cuando alguien consigue un traslado no solo deja el puesto sino que  deja a la escuela sin profesor y sin partida presupuestaria. Y es en ese sistema educativo donde se quiere inyectar más dinero sin exigir ningún cambio sustancial.

7) Que en los últimos años no se ha recomprado ni un centavo de deuda externa y no se ha pagado ni un centavo de capital a los tenedores privados de deuda externa. Sin embargo, todos los pretextos del Gobierno para cambiar los fondos petroleros son porque esos recursos están sirviendo para enriquecer a algunos (recomiendo hacer cálculos sencillos para saber en cuánto se han enriquecido algunos, con las fluctuaciones del precio de la deuda en las últimas semanas).

8) Que no está claro el monto de la deuda del Estado con el IESS y que esta última institución hasta hoy no publica su cálculo actuarial (estado financiero proyectado a futuro) que por ley debía estar listo ¡hace un año! Y así se le quiere obligar a prestar más dinero al Gobierno.