Con un desafiante “no” a la adopción de la Constitución para la Unión Europea (UE), los votantes franceses castigaron al presidente Jacques Chirac y a la élite política del continente, y generará dudas sobre qué tan factible sea una integración europea total.

Los electores repudiaron un tratado que busca fortalecer a la UE y le daría un presidente y un ministro de asuntos exteriores. Asimismo, parece que está proyectando una irritación contra temas más amplios, que van desde el estancamiento de las economías a los temores de la pérdida de la identidad nacional y la percepción de arrogancia de sus dirigentes.

El rechazo francés fortalecerá este miércoles la decisión de los simpatizantes holandeses por el “no”.   Un doble golpe sería fatal para la Constitución, que fue diseñada como el proyecto histórico de reunir a los europeos dentro de una gran estructura.

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Sin embargo, vender la Constitución, que tiene 448 artículos, protocolos adicionales, anexos y una sofocante jerga legal, resulta ser muy difícil, pues uno de cada 10 trabajadores franceses está sin trabajo y eso llevó al electorado a manifestarse en contra.