Es completamente justa y razonable la propuesta que acaba de hacer la Cancillería ecuatoriana a su par de Colombia, de demarcar una fanja de territorio que quede libre de fumigaciones de glifosato en la frontera entre ambos.

Estudios científicos realizados por la Universidad Nacional de Colombia revelan que el uso del herbicida glifosato afecta gravemente la salud humana y el entorno ambiental.
Ese pronunciamiento resulta incontrovertible. Abundan otros estudios  e informes que señalan los peligros del glifosato: “la aspersión aérea de este herbicida como parte del Plan Colombia de erradicación de droga, plantea muchas inquietudes sobre daños irreversibles a la salud, la vida silvestre y el ecosistema” (World Wildlife Fund); “para sustentar las bondades del glifosato se refiere su baja toxicidad para la salud humana, pero se omite aclarar que la toxicidad crónica no se puede catalogar de igual forma” (foro sobre plaguicidas, Universidad de Antioquia); “en Australia está prohibido aplicarlo cerca del agua por sus efectos letales en batracios y anfibios” (Pesticide News).

Lcdo. Wilson Zapata Bustamante
Quito
Un estudio reciente publicado en el  Journal of American Cancer Society por eminentes oncólogos suecos reveló una clara relación entre glifosato y el linfoma no Hodgkin, una forma de cáncer.

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Los investigadores sostienen que la exposición al herbicida incrementa los riesgos de contraer el linfoma, y dado el aumento de su uso mundial (en 1998, 112.000 toneladas) desde que se hizo este estudio, urge realizar nuevos estudios epidemiológicos. En un informe de agosto del año pasado en el boletín digital del Instituto of Science in Society de Inglaterra, el profesor Joe Cummins revela que la alerta sanitaria de la presencia de acrilamida tóxica en alimentos cocidos, está relacionado con el glifosato.
Recientemente la Organización Mundial de la Salud convocó a una reunión para examinar el hallazgo de niveles altos de acrilamida, en vegetales cocidos. El hallazgo tuvo repercusión porque la acrilamida es un potente tóxico neural en humanos, y también afecta la reproducción masculina, femenina, y causa malformaciones congénitas y cáncer en animales.

Por el peligro altísimo en relación al ambiente, alimentos ingeridos supuestamente saludables, que tienen contacto con estos herbicidas que se comercian en Latinoamérica, se debe formar una comisión científica con médicos que respetan la salud preventiva, organizaciones no gubernamentales, representantes de ministerios de salud, ambiente, para dar un diagnóstico de la calidad de los alimentos naturales que ingerimos. Está demostrado que estos productos químicos en los alimentos, son los iniciadores de los distintos cáncer.

Dr. Teodoro Vinueza Pinos
Guayaquil