Unos 42 millones de franceses están llamados hoy a las urnas para pronunciarse con un sí o con un no a la Constitución europea, tras una campaña marcada por la política interior y en la que el presidente Jacques Chirac se juega su perfil histórico.

Trece años después del referéndum sobre el Tratado de Maastricht, ratificado en Francia tras una corta victoria del sí, los franceses tienen de nuevo en sus manos el futuro de la Unión Europea.

Aunque el no se perfila como ganador, parece haber perdido terreno en los últimos días, lo que hace creer a los defensores de la Constitución que nada está perdido y que en política como en el fútbol el partido no se gana ni se pierde hasta el último minuto, como decía el ministro francés de Asuntos Exteriores, Michel Barnier.

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Los votantes en los territorios franceses de ultramar emitieron sus sufragios ayer.

Si se confirman los persistentes pronósticos del no, podría suponer un duro golpe para la UE y como un tsunami para Francia. La expectativa creció en países como Alemania y en España, en donde la prensa de este país pedía el sí a los franceses.