La mayoría de los guayaquileños prefirió no viajar y disfrutar del Malecón 2000, del estero Salado, parques y otros sitios que la ciudad ofrece.

“Vinimos a remar a petición de mis hijos aprovechando que está fresco el día”, aseguró Margarita Vallejo, quien llegó hasta el Malecón del Salado desde los bloques de la Armada, cerca de las 11h00 de ayer, con su esposo Ángel Mera y sus hijos Ángel, de seis años y Alexander, de cuatro.

Como ellos, varias familias se trasladaron hacia ese lugar en busca de una distracción que “los relajara de la rutina diaria de trabajo”, como fue el caso de Víctor Alarcón, que también salió con sus dos hijas: Cinthya y Rosemary. Ellos decidieron pasar el día en familia, e incluso almorzaron en el patio de comidas de ese sector.  

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En otros sitios, como en el Malecón 2000 y el cerro Santa Ana, también se evidenciaron los paseos familiares. Los botes a control remoto que se alquilan en   los malecones fueron una de las opciones favoritas de los infantes.

Los parques infantiles estaban llenos de niños que jugaban en los columpios  y resbaladeras.

Vicente Guerrero y su familia manifestaron que en este feriado preferían quedarse en la ciudad y disfrutaron de un paseo en el río.

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Terminal con poca afluencia
Ayer, en las primeras horas de la mañana era poco el flujo de los viajeros.

Las oficinas de las cooperativas que se dirigían a la península de Santa Elena y General Villamil estaban vacías, al igual que las de los transportes que van a la Sierra. La mayor demanda de pasajes fue a la provincia de Manabí (Manta y Portoviejo).  Las filas en las cooperativas Coactur y Reina del Camino contrastaban con las del resto de la terminal.

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Hamilton Solórzano viajó hacia Portoviejo, y aseguró que aprovechará estos días de feriado para disfrutar en familia.