Eran otros tiempos y nuestra preparación fue muy diferente a la de ahora. Recuerdo que en más de una ocasión no tuvimos cancha para entrenar, y que nos faltaban muchas cosas importantes como balones, medicinas, vitaminas...

Entrenábamos una o dos veces a la semana, y solo lo hacíamos los que jugábamos en Guayaquil junto a los que podían venir desde Quito. Una vez nos concentramos en el hotel Majestic, pocos días antes del partido, y recién entonces comenzamos a practicar a diario, pero sin la exigencia actual.

En los entrenamientos, el técnico Juan López priorizó las labores defensivas sobre las ofensivas, porque decía que prefería empatar a cero que perder, y dejaba las jugadas de ataque prácticamente a la inspiración de cada uno de nosotros.

Publicidad

Previo al juego ante Argentina, en el camerino, más que decirnos cómo jugar, nos indicó cómo marcar a Corbatta, a Sanfilippo. Su disposición fue clara: salir a aguantar el encuentro.

Hicimos un buen partido pero, pese a que nos defendimos bien, permitimos que nos hagan goles fáciles. En menos de diez minutos les marcamos tres goles, lo que ahora me hace ver que sí podíamos haberles jugado de igual a igual, como lo hace la Selección actual.