La crisis política del gobierno boliviano se agravó ayer cuando Gabriel Dabdoub, presidente de la Cámara  de Industria, Comercio y Servicios de Santa Cruz (Cainco), pidió ayer al debilitado presidente Carlos Mesa que “se haga a un lado” y convoque a elecciones generales.

El empresario, miembro del comité civico que exige la autonomía política y económica de la rica provincia oriental de Santa Cruz, fundó su  pedido en “que hay una ausencia absoluta de gobierno, no existe timón, no  existe mando”.

Además Mesa se vio golpeado con la renuncia de la ministra de Educación, María Soledad  Quiroga, quien dimitió a causa “del progresivo distanciamiento que se ha ido  produciendo entre los fines anunciados y los medios utilizados (..) al punto de  hacer insostenible (su) presencia en el gabinete”.

Publicidad

Horas antes el cardenal boliviano Julio Terrazas llamó a la unidad de Bolivia, inmersa en una ola de protestas populares en exigencia de estatizar los hidrocarburos.

En su liturgia por la fiesta católica de Corpus Christi en Santa Cruz, el prelado deploró los tumultos sociales provocados por “pequeños grupos”, que desde  principios de semana afectan a La Paz, sede del Ejecutivo y a la unidad del país andino, el más pobre de Sudamérica.

El purpurado pareció aludir a líderes de las organizaciones indígenas cuyos miembros están en las calles de La Paz y El Alto, en manifestaciones por nacionalizar los hidrocarburos y contra la autonomía, que dejaron dos detenidos y seis policías heridos.

Publicidad

Ayer, los tenientes coroneles  Julio Herrera Pedrazas y Julio César Galindo Mendizábal, quienes lanzaron una  proclama el miércoles pasado instando a los bolivianos a derrocar al gobierno de Mesa y a cerrar el Congreso, fueron dados de baja por sedición y rebeldía.