Movidos por diferentes causas, oficialistas y opositores marcharon el sábado por la capital, en medio de las tensiones generadas entre Venezuela y Estados Unidos por el caso del anticastrista Luis Posada Carriles, solicitado por la justicia local por la voladura de un avión en 1976. 
 
La marcha oficialista, convocada para protestar contra el terrorismo y a favor de la industria petrolera, se realiza un día después que las autoridades estadounidenses negaron la petición de Venezuela de detener de forma preventiva a Posada Carriles, mientras se decide su extradición. 
 
El exiliado, que también tiene la nacionalidad venezolana, fue acusado por la Fiscalía venezolana de los delitos de homicidio y traición a la Patria por el ataque al avión de Cubana de Aviación donde murieron 73 personas. 
 
Sigue en pie la solicitud de extradición de Posada Carriles, declaró el vicepresidente José Vicente Rangel al desestimar la decisión que acordó Estados Unidos de rechazar la solicitud venezolana. 
 
"Estamos preparando todo el expediente, son 700 folios, y tenemos dos meses de lapso para presentarlo, para finales de este mes estará totalmente listo, y lo enviaremos a los Estados Unidos", dijo Rangel el sábado a la emisora Unión Radio poco después de incorporarse a la marcha. 
 
Sostuvo que el gobierno busca confirmar en la calle el propósito del estado venezolano de que se haga justicia frente al terrorismo. Desenmascarar a los hipócritas y farsantes gobernantes norteamericanos que por un lado condenan el terrorismo y por otro lado protegen a los terroristas. 
 
Rangel indicó que cualquiera que sea la decisión del organismo jurisdiccional de Estados Unidos sobre la extradición, la última palabra la tiene el Departamento de Estado. Es decir que en último termino hay una decisión política. 

Expresó que de no aprobarse la extradición, "nosotros pondríamos en marcha los mecanismo internacionales, bien sea ante la OEA, bien ante Naciones Unidas o ante la Corte Internacional de la Haya". 
 
Levantando algunas banderas de Venezuela y Cuba varias decenas de miles de aliados del presidente Hugo Chávez, vestidos con sus características camisetas rojas, marcharon por algunas de las principales vías del este de hasta el centro de la ciudad. 
 
También se manifestó Ana Sangrones, una becada del gobierno de 59 años, que viajó desde la población de Punto Fijo, a unos 400 kilómetros al oeste de Caracas, para participar en el acto oficialista. "Estamos marchando hoy para exigirle a los extranjeros que Venezuela se respeta, y que no permitiremos que abusen de nuestro petróleo", señaló  
 
"Estoy aquí para exigir la libertad de nuestros presos políticos y protestar contra este gobierno que regala el petróleo para comprar las conciencias de los países latinoamericanos", manifestó Raquel Fernández, una empresaria de 51 años, mientras levantaba una pancarta con la fotografía del ex jefe de la policía, Henry Vivas, quien está detenido desde el año pasado señalado de participar en el fallido golpe del 2002. 
 
Una de las líderes de la marcha, la periodista Patricia Poleo, denunció que en el país hay unos 140 presos políticos y otros centenares que permanecen en la clandestinidad porque no confían en la justicia. 
 
Los opositores concluyeron su caminata frente a la Defensoría del Pueblo donde entregaron un documento para exigir al organismo que pida a las Naciones Unidas que envíe un relator especial para evaluar los casos de violaciones a los derechos humanos en Venezuela.