Al cumplir 41 años de existencia, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lanzó ayer un llamado de unidad a todos los sectores opositores del país para impedir una eventual reelección del presidente de línea dura, Álvaro Uribe.

El mandatario tiene una popularidad del 70% con casi tres años en el poder y aspira a reelegirse en mayo del 2006, si la Corte Constitucional avala una reforma legal.

La guerrilla reiteró además su invitación a los mandos militares a sostener una reunión secreta para poner fin al conflicto interno que deja más de 3.000 muertos cada año.

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La propuesta ha sido sistemáticamente rechazada por los jefes militares, que califican a los rebeldes de bandidos o terroristas.

Ayer una bomba de bajo poder explotó, sin dejar víctimas, mientras otra fue desactivada y una serie de amenazas telefónicas obligó al cierre temporal del aeropuerto de Cartagena, en coincidencia con una visita de Uribe.

Además, el ministro de Defensa, Jorge Uribe Echeverría, advirtió que las FARC planean secuestrar en Bogotá a uno de los hijos del presidente Uribe.