Las 1.500 personas que laboran en el proyecto hidroeléctrico San Francisco parecerían estar clasificadas por su origen para cumplir determinadas labores.

Los cargos directivos corresponden a ciudadanos brasileños; en el topo laboran manabitas, en su mayoría; los albañiles y constructores son de la provincia de Tungurahua; los ingenieros, de diversos sectores del Ecuador; y los jornaleros, campesinos de San Francisco y poblados aledaños a la obra.

Gerald Linzán es uno de los operadores del topo. En una pequeña  cabina tiene a cargo una consola con decenas de botones y cuatro pantallas. Es de Portoviejo y excava túneles desde hace ocho años. Comenzó con la empresa Dragados, en la presa La Esperanza (Manabí).

Publicidad

Líder Aguayo, de Portoviejo; Luis Delgado, de Calceta, y decenas de manabitas dicen ser especializados en la operación del topo, máquina que en su provincia hizo tres túneles en el sistema de trasvases. “Para uno es normal estar bajo tierra”, dice Líder. Todos ellos perciben salarios sobre los 350 dólares al mes.

Zhuber Cabrera, nacido en Zamora, es uno de los jefes de cuadrilla y con Odebrecht laboró en Italia, México y Venezuela.

Los directivos de la constructora señalan que por el profesionalismo del personal se registran cero accidentes graves en 4,5 millones de horas hombre laboradas.