La comisaria europea de Relaciones Exteriores,  Benita Ferrero Waldner, espera que la Unión Europea y la Comunidad Andina (CAN) inicien la negociación de un acuerdo de asociación "a finales de  este año". 
 
Así lo declaró al término de una reunión con la CAN, que se enmarca en una  ronda de encuentros de la UE este jueves y viernes con varios bloques  sudamericanos y con Chile y México, los únicos países que han firmado acuerdos  de asociación con Bruselas, y que simplemente es un foro de diálogo político en  el que no estaban previstas decisiones. 
 
"Hace unos meses, Allan Wagner (secretario general de la CAN) vino a  Bruselas para empezar el proceso de evaluación mutua para poder, espero, a  finales de este año empezar ya a negociar este acuerdo de asociación, aunque  todavía no conocemos los resultados", dijo la comisaria, al término de una  reunión con cancilleres de la CAN, cuya presidencia ejerce temporalmente Perú. 
 
Los representantes europeos de los 25 miembros - más los de Rumania y  Bulgaria, que han iniciado su negociación de adhesión a la UE -, han escuchado  del canciller venezolano, Alí Rodríguez, un detallado informe sobre la  situación política que viven algunos de los miembros -Bolivia y Ecuador- y el  estado de integración del bloque, en el que también participan Colombia y  Perú. 
 
"La UE ha reafirmado la importancia de estructuras e instituciones sólidas  y eficaces que permiten promover una cooperación eficaz entre las dos  regiones", aseguró por su parte el canciller luxemburgués, Jean Asselborn, cuyo  país preside la Unión Europea este semestre. 
 
También aseguró que en la reunión hablaron con sus socios andinos sobre  iniciativas "para crear un tipo de paz andina y la lucha contra la pobreza y la  exclusión". 
 
"Y una palabra ha vuelto: es la droga, la producción sobre todo en estos  países. Somos conscientes de que hay que dar una oportunidad a estos países de  elaborar alternativas. Estamos obligados a proponerles medidas para  financiarlos", dijo el canciller luxemburgués. 
 
"La droga y los efectos en la economía nos preocupan así como la cohesión  social y la integración regional", agregó por su parte Ferrero Waldner. 
 
El canciller venezolano también hizo hincapié en este azote que afecta a la  región y muy en particular a Colombia y dio un tirón de orejas a los países  desarrollados que no quieren ver que el consumo de droga por sus sociedades  incita a la producción en los países en desarrollo. 
 
"Hay un complejo formado no sólo por los productores de droga sino por el  otro extremo de la cadena, el incremento del consumo de drogas, que en tanto  que no sea resuelto va a generar actividades de producción, transporte y  distribución", denunció. 
 
"En este sentido, los productores agrícolas de las actividades ilegales se  han visto castigados por la violencia que genera el cultivo de la droga y la  supresión del cultivo, como por el desplazamiento de las áreas que se suman a  los problemas de los mercados agrícolas", recordó Rodríguez. 
 
El canciller venezolano también destacó los problemas de migración,  generada por la pobreza, que a su vez deriva en los derechos de los  trabajadores y las familias que se ven obligados a emigrar, alertó.