El Gobierno iraquí confirmó este jueves que el líder de Al Qaeda en Iraq, el jordano Abu Musab al Zarqaui, ha resultado herido, y anunció un nuevo plan de seguridad para proteger la capital iraquí contra los ataques terroristas.
 
La confirmación fue hecha por el ministro de Interior iraquí, Bayan Yabr, quien afirmó que los organismos de seguridad de su país "recibieron informaciones hace cinco días según las cuales Zarqaui está herido".
 
Yabr, en una rueda de prensa ofrecida en Bagdad, junto al ministro de Defensa, Sadun al Duleimi, no facilitó detalles sobre el paradero de Zarqaui, considerado el hombre más buscado en Iraq, y por cuya cabeza EEUU ofrece 25 millones de dólares.
 
Sus afirmaciones se producen mientas reina la confusión sobre el estado de la llamada "Organización de Al Qaeda para la Guerra Santa en Mesopotamia", tras los comunicados atribuidos a este grupo terrorista en los que se facilitaban informaciones contradictorias sobre el nombramiento de un nuevo líder.
 
Sadun al Duleimi explicó que el nuevo plan de seguridad será aplicado en Bagdad a partir del próximo sábado y que en el mismo participarán más de 40.000 soldados del Ejército y efectivos de las fuerzas "Maghauir", un cuerpo especial de la Policía iraquí.
 
"Una semana después de la puesta en práctica del plan en la capital, aplicaremos uno similar en la provincia de Al Abnar", considerada uno de los principales feudos de la insurgencia suní, añadió el ministro de Defensa.
 
"El nuevo plan tiene como principal objetivo cambiar nuestra posición de la defensa al ataque", dijo Bayan Yabr.
 
También afirmó que en los últimos cuatro días las fuerzas de seguridad han detenido a 578 supuestos terroristas, algunos de ellos de nacionalidades árabes, y que desde mediados de abril pasado han sido desactivados 118 coches bomba en diferentes áreas del país.
 
Las declaraciones de Duleimi y Yabr se producen mientras centenares de soldados y marines de EEUU llevan adelante una amplia ofensiva contra supuestos feudos de la insurgencia en Hadiza, en el oeste iraquí, donde han matado al menos a diez supuestos rebeldes en las últimas 48 horas.
 
La insurgencia ha intensificado sus atentados en todo Iraq tras la formación del nuevo Gobierno iraquí, el pasado 28 abril, y desde entonces cerca de 600 personas han muerto en acciones violentas en este país.
 
Hoy mismo, al menos nueve personas perdieron la vida en diferentes ataques en la capital, el primero de ellos, perpetrado con un coche bomba en el barrio al Shula, causó la muerte de tres personas, entre ellas dos policías, y heridas a otras ocho.
 
En Al Bayá, en el suroeste de la capital, un grupo de hombres armados asesinaron a tiros a un profesor universitario, Salum Abas, cuando iba en su vehículo por ese barrio, ataque en el que murieron otros tres civiles, según las fuentes policiales.
 
Por otro lado, una bomba hizo explosión esta mañana al paso de un convoy de automóviles todoterreno, frecuentemente utilizados por contratistas extranjeros, en una carretera del este de Bagdad, dijeron varios testigos, aunque se desconoce si hubo víctimas.
 
"El convoy iba escoltado por vehículos blindados norteamericanos cuando se produjo la explosión, que ocasionó un incendio en uno de ellos", dijo a EFE Zamer Al Aibi, un testigo.
 
Además, un miembro del partido chií Ad Dawa, del primer ministro iraquí, Ibrahim al Yafari, fue asesinado por hombres armados que le tirotearon en el barrio de Al Qadisiya, en el sur de la capital, dijeron fuentes policiales.
 
De acuerdo con las fuentes, la víctima ha llegado a Bagdad desde la ciudad sureña de Nayaf, santa para la mayoritaria comunidad chií, para trabajar en el Ministerio de Interior.
 
Portavoces del Ministerio de Interior anunciaron, entretanto, que seis supuestos insurgentes perdieron la vida y otros doce fueron detenidos durante varias redadas realizadas ayer, miércoles, en la ciudad de Mosul, 420 kilómetros al norte de Bagdad.