Cansados del creciente número de fraudes por internet, un grupo de “vigilantes virtuales” tomó la justicia en sus propias manos y comenzó a hackear sitios sospechosos de ser una trampa para los usuarios.
Estos hackers apuntan sobre todo a sitios falsos construidos para parecerse a portales de bancos o instituciones financieras, desactivándolos y/o insertando en ellos mensajes como “Cuidado - Este sitio era una estafa”, o “Este banco era fraudulento y ha sido eliminado”.
La acción de los autoproclamados “héroes hackers” aparece en medio de nuevos sistemas de fraude por internet –conocidos como phishing– que tratan de llevar a sus víctimas a sitios falsos para sacarles datos personales.
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El phishing consiste en el envío de cadenas de e-mail en las que se dice ser un banco, una tarjeta de crédito o cualquier otra empresa y se pide “confirmar” o “poner al día” datos personales e información financiera. Las personas que caen en el engaño dan datos que luego se usan para delinquir.