Velasco Ibarra, sobre todo, instauró la libertad electoral.

Galo Plaza  inició nuestra riqueza bananera.

Camilo Ponce Enríquez  construyó Puerto Marítimo en Guayaquil. Arosemena Monroy fue el político de frases terminantes.

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La dictadura de Castro Jijón fue derrocada por las fuerzas vivas de Guayaquil.

Clemente Yerovi firmó el decreto para la construcción del puente Mendoza Avilés.

Otto Arosemena edificó una escuela por día.

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Con Rodríguez Lara comenzó la millonaria exportación petrolera.

Alfredo Poveda hizo posible el retorno a la constitucionalidad para esta larga etapa histórica que inauguró Jaime Roldós. Osvaldo Hurtado sucretizó la deuda externa.

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Los partidos de León Febres-Cordero y Rodrigo Borja siguen vigentes en la política nacional.

A Sixto Durán-Ballén se lo recuerda por el lema “Ni un paso atrás”, en el conflicto del Alto Cenepa.

Abdalá Bucaram comió guatita. Fabián Alarcón convocó la Asamblea Constituyente que aprobó la actual Constitución.

Jamil Mahuad dispuso el feriado bancario y dolarizó.

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Con Noboa Bejarano se produjo una masiva emigración de compatriotas.

Y el cinismo de Lucio Gutiérrez se estigmatizó por la pronunciada nariz con que lo dibujó el caricaturista Bonil.

Juan Gilbert Rizzo
Guayaquil