En el 2004, la Dirección de Salud registró 420 casos de la enfermedad cerebrovascular. Este año hubo 59.

José Freire no recuerda la fecha exacta. Solo sabe que fue hace cinco años, sin previo aviso, en que un hormigueo empezó a recorrerle las extremidades y le dejó inmovilizada la parte izquierda del cuerpo. Tenía 43 años.

Había sufrido un infarto al cerebro, el tipo de manifestación más frecuente de la enfermedad cerebro vascular o Stroke, un mal que en el 2001 se ubicó como la primera causa de muerte en el país (2.923 personas fallecieron a causa de ello), según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

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En el mundo de acuerdo con un informe de la Sociedad Internacional del Stroke (SIS), 15 millones de personas sufren un ataque al cerebro cada año y unos 4 millones en Europa.

En Guayas, 420 personas se vieron afectadas por el Stroke el año anterior y 59 en el primer trimestre de este año. En el hospital del IESS se presentan 250 casos nuevos al año.

Esa incidencia y la necesidad de ayudar a las personas a disminuir el riesgo de padecerlo llevaron a la institución a declarar el 25 de mayo como el Día Mundial del Stroke.

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José no tenía idea de los riesgos ni que su hipertensión le causaría un infarto al cerebro. “La hipertensión es el primer factor de riesgo”, explica la neuróloga Rocío Santibáñez, para desarrollar la enfermedad cerebro vascular, que implica tanto el infarto como la hemorragia cerebral (conocida como derrame).

El infarto se produce por el taponamiento de un vaso sanguíneo que causa la muerte del tejido que recibía su irrigación. Es cuando ocurren los primeros síntomas y signos, dependiendo de la localización y el tamaño de la lesión.

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Si esta se da en un área motora, como en el caso de José, se produce una parálisis de la mitad del cuerpo, alteración del equilibrio, de la coordinación o del lenguaje (para hablar o entender), pérdida de conocimiento parcial o total.

El neurólogo Carlos Heredia explica que la obstrucción de un vaso también puede darse por un estrechamiento de la pared arterial debido a la formación de placas de grasa (arterioesclerosis). O por la migración de una placa de grasa que se desprendió de alguna arteria. “Esta (la placa) viaja por los vasos y se detiene en el sito más estrecho”.

De ahí la necesidad de evitar factores que predisponen a la formación de estas placas y al desarrollo de la enfermedad: consumo de alimentos con alto contenido de grasa (por el colesterol), el tabaquismo, el alcoholismo y el sedentarismo. Y de mantener controlada la hipertensión y la diabetes.

“Los vasos sanguíneos de la gente que sufre de presión alta son muy fáciles de sufrir degeneración, envejecimiento y depósitos”, dice Santibáñez.

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Su colega Enrique Díaz coincide con ello. Agrega que por ese deterioro natural de las paredes de las arterias, que se acelera con estas enfermedades, a medida que la persona envejece tiene más riesgo.

La hemorragia cerebral ocurre por la ruptura de un vaso sanguíneo que causa un coágulo dentro del cerebro y secuelas iguales a las del infarto. En unos casos, irreversibles.

“El tejido muerto es irreversible, pero alrededor siempre hay una zona limítrofe que potencialmente podría ser reversible y es ahí donde vamos a trabajar”, agrega Santibáñez.

El tratamiento clínico dura un par de semanas, pero la medicación y la prevención  puede darse de por vida. José lleva cuatro años en rehabilitación. Camina pausado pero se siente apto para trabajar.

PRECAUCIONES

SÍNTOMAS
Entre los síntomas de la enfermedad cerebro vascular están: el adormecimiento de la cara, uno de los brazos o de las piernas, o de un lado del cuerpo; pérdida de la sensibilidad, y la dificultad de visión en uno o ambos ojos. Dificultad para hablar, caminar, somnolencia, pérdida de balance o coordinación y dolores de cabeza severos.

FACTORES DE RIESGO
Entre los factores de riesgo para contraer este mal se encuentran: hipertensión y malformación vascular o por inflamación crónica de los vasos pequeños (provocada por agentes tóxicos como las drogas). Quienes tienen diabetes mellitus (tipo 2), sufren del corazón, obesidad, colesterol alto, los fumadores y quienes ingieren alcohol también corren riesgo.

ATENCIÓN MÉDICA
Ante un accidente cerebrovascular es muy importante actuar inmediatamente y solicitar atención especializada.

La sobrevivencia y recuperación dependen de que los síntomas sean reconocidos rápidamente. Mientras más rápido el paciente recibe tratamiento, el daño cerebral puede ser prevenido.

PREVENCIÓN
Para evitar contraer la enfermedad se recomienda: dejar de fumar, ingerir al menos cinco porciones de frutas y vegetales al día, hacer 30 minutos diarios de ejercicio, limitar el consumo de sal, azúcar, colas  y alcohol.