Una columna de guerrilleros de las FARC asaltó la pequeña localidad colombiana de Puerto Rico, situada en el departamento del Caquetá (suroeste), y mató al menos a seis concejales al atacar la sede municipal con fusiles y granadas.
 
El número de muertos en el asalto al concejo municipal de Puerto Rico, situado 350 kilómetros al suroeste de Bogotá, varía, según las distintas fuentes, entre las seis bajas confirmadas por las autoridades del Caquetá y los nueve mencionados por políticos de esa región.
 
El ataque se atribuyó a una facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), grupo que ejerció un fuerte control en esa zona selvática, en la que el Ejército libra desde hace más de dos años una intensa campaña para recuperar el control territorial.
 
El presidente de la Federación Nacional de Concejales (Fenacon), Antonio Galán, declaró que los asaltantes asesinaron a cinco concejales y al secretario del concejo, y huyeron después con otros tantos, al parecer para utilizarlos como "escudos humanos" en su huida y la previsible persecución militar.
 
"La cifra puede subir, ya que de los dos heridos uno está muy grave. De los demás no sabemos nada. Se los llevaron como escudos humanos y los secuestrados son posiblemente cinco", manifestó el presidente de Fenacon.
 
La misma entidad aseguró que los rebeldes de las FARC declararon como objetivos de guerra a los concejales de la región y ofrecen una recompensa de ocho millones de pesos (3.300 dólares) por cada político asesinado en el Caquetá, donde hay 154 concejales.
 
El legislador Luis Fernando Almario aseguró que murieron seis concejales, el secretario del concejo y dos policías.
 
Según testigos, los guerrilleros del frente "Teófilo Forero" de las FARC llegaron al casco urbano de Puerto Rico en camiones similares a los que utiliza el Ejército, para evitar sospechas, e inmediatamente abrieron fuego contra la casa del concejo.
 
El ministro del Interior y Justicia, Sabas Pretelt, calificó a los autores del ataque de "criminales" y subrayó que "merecen el castigo de Dios y de los hombres. La fuerza pública los está persiguiendo. Solidaridad total necesitamos contra los terroristas".
 
El Caquetá, una extensa área de selvas y sabanas ganaderas, ha estado marcado por la violencia y la tragedia en las últimas décadas.
 
En esa región funcionó durante tres años una extensa zona desmilitarizada para las fallidas negociaciones de paz que celebró con las FARC el gobierno del anterior presidente, Andrés Pastrana (1998-2002).
 
El nuevo mandatario, Álvaro Uribe, emprendió una ambicioso plan para recuperar el control de ese departamento, donde se han confiscado a las FARC varias propiedades.
 
Además, el Caquetá es una de las áreas comprendidas en el Plan Patriota, emprendido el año pasado para reducir el poder de las FARC y en el que participan 17.000 efectivos y asesores estadounidenses, que tienen una base militar en el mismo departamento.
 
El 29 de diciembre de 2000 fueron asesinados en una carretera del Caquetá el congresista Diego Turbay Cote, su madre Inés Cote, algunos de los miembros de una familia dirigente de la región y varios de sus escoltas.
 
Seis años antes, otro parlamentario hermano del anterior, Rodrigo Turbay, murió ahogado en un río, mientras permanecía secuestrado por las FARC.
 
Este año fueron asesinados en enero y abril dos concejales de Puerto Rico.
 
La asociación de concejales indicó que en lo que va de año han sido asesinados en el país 15 concejales y tres ex concejales por las FARC y paramilitares de derecha, y otros cuatro sobrevivieron a atentados, mientras que en 2004 fueron asesinados 18.
 
El presidente de Fenacon pidió "medidas más eficaces para proteger el libre desarrollo de la democracia y la vida de los concejales, que son objetivos de guerra".